Una de las cosas que más rápido nos indican que un jugador no está entre los mejores es su tendencia a pensar las cosas en absoluto. Consideraciones como que una mano debe jugarse sí o sí de una forma pero nunca de otra, son definitivamente un síntoma que quienes pretendan alcanzar la cima deben aprender a dejar ir ¿Defender la Big Blind?
Si bien cuando uno juega poker realiza ciertas concesiones con la intención de no perder demasiado tiempo en decisiones sencillas, en general estas deberían estar basadas en evitar las líneas de juego que ya sabemos incorrectas para poder decidir cuál tomar entre las correctas. Y como el juego cambia constantemente, es más que interesante plantearse cuáles son las líneas de juego que pudieron haber sido incorrectas en el pasado y hoy pueden formar parte de una estrategia rentable.
Cuando el jugador promedio de un field maneja conocimientos que provienen de libros con más de 15 años en el mercado, es normal encontrar errores. Desde los más básicos como realizar subidas preflop por 3 ciegas o más durante todo el torneo, hasta detalles un poco más debatibles como la defensa de la ciega grande. Es normal ver jugadores que foldean su supervivencia en el torneo hasta quedarse con apenas un par de blinds, como también existe el extremo de aquellos que no encuentran los matices entre el push y el fold. Lo que deberíamos adquirir como hábito es preguntarnos por qué hacemos lo que hacemos y si tiene sentido en el contexto particular de esa decisión.
Si bien es importante barajar la posibilidad de un juego explotativo y a muchos les gusta justificar errores bajo esa línea, debemos también evitar por todos los medios una estrategia que se vuelva explotable. Una de las maneras de conseguirlo es derribar las reglas autoimpuestas como “con menos de 12 ciegas sólo existe el push o fold” y construir en su lugar líneas de pensamiento lógicas que nos permitan volver nuestro juego más dinámico sin caer en la previsibilidad. Si un rival se da cuenta de que por ejemplo dejaremos de defender la ciega grande llegado un punto del torneo salvo con manos buenas, estamos en problemas.
Sólo entendiendo el problema principal encontraremos la manera correcta de enfocar estas situaciones
Creer que uno no puede defender desde la ciega grande con una pila de fichas menor a 15 ciegas es un error que se arrastra de estrategias que ya quedaron antiguas. Más de una vez oí a colegas quejarse de que alguien había defendido un open-raise con una mano como J9 para luego perder contra alguna combinación y es realmente difícil querer convencerlos de que hacerlo no es un error. De hecho, se trata de un movimiento que deberían agregar a su arsenal. Es hasta entendible que se trate de jugadores de cash games quienes mayormente hacen la observación, pues en esas partidas puede ser lógico llevar adelante una defensa conservadora. Sin embargo, sólo entendiendo el problema principal encontraremos la manera correcta de enfocar estas situaciones.
A diferencia de la mayor parte de las mesas cash, los torneos cuentan con el agregado del ante, que es una apuesta obligatoria realizada por toda la mesa en complemento de las ciegas chica y grande. Cuando el ante entra en juego, los torneos cuentan con una considerable cantidad de dead money en cada pozo incluso antes de que comience la acción. Esto vuelve sumamente atractivo realizar subidas preflop de 2-2.5 ciegas grandes, pues las veces que todos foldeen nos estaremos llevando aproximadamente esa cantidad. De la misma forma afecta nuestra situación desde la apuesta obligatoria, pues enfrentarnos a un miniraise nos exigiría cerca de un 20% de equity para hacer un call rentable en el largo plazo. ¿Y saben qué manos tienen al menos ese porcentaje contra la mayoría de los rangos de open-raise? Prácticamente todas, incluyendo 72o, pueden rondar el 30%. Es decir que desde el punto de vista matemático, defender con prácticamente cualquier mano frente a un miniraise (cuando hay ante) no es incorrecto.
Esta cuenta funciona cuando contamos con una pila de fichas profunda y existen diversas maneras de realizar nuestro equity, pero también es crucial cuando tenemos un stack corto. Las dinámicas de juego cambian considerablemente, pero a medida que las pilas se vuelven más pequeñas el juego se simplifica debido a la falta de presión de las decisiones de las calles posteriores al flop. Las oportunidades para cometer grandes errores postflop no son muchas y las veces que obtengamos una mano iremos con todo por el double-up. Algunas veces la decisión correcta es terminar all-in por la fortaleza de nuestra mano y otras deberemos foldear, pero lo importante es entender que existe una zona gris en la que podemos permitirnos dar call con manos especulativas para aumentar nuestras chances de pelear por el título.
Con esto no estoy diciendo que la manera correcta de jugar desde la ciega grande con stacks cortos es dando mucho call. De hecho, mi recomendación es jugar sumamente agresivo y utilizar siempre que se pueda opciones como el 3-bet all-in con un rango relativamente amplio de manos. Pero es importante entender que en el poker prácticamente nada es blanco o negro y pueden existir situaciones en las que lo que suele ser correcto tal vez no sea lo más correcto. Nuestro trabajo, como siempre digo, es tomar los recaudos necesarios para poder poner la situación en la balanza y que cada vez menos factores se queden en el tintero.
Por: Hoozh de la escuela Drawing Dead.