A medida que avanzamos en el camino que conlleva el perfeccionamiento de nuestro juego, nos encontraremos con tópicos que marcarán un antes y un después. Conceptos que una vez asimilados significarán una diferencia tan grande en nuestra carrera que casi sin darnos cuenta nos abrirá las puertas a un juego mucho más profundo y divertido. Uno de esos conceptos es, sin dudas, la construcción de rangos.
A mi modo de ver las cosas, existen dos maneras de jugar poker: una es anticipando a tu oponente y la otra es incorrecta. La dificultad yace en que para poder anticiparlo es necesario entender previamente no sólo la manera correcta o balanceada de jugar una situación específica, sino también las posibles líneas que representan un error. De esta manera podríamos comenzar a construir un mapa mental de cada mano que juguemos y así, de a poco, iniciarnos en lo que a muchos les encanta llamar la lectura de manos.
Esa famosa habilidad mágica que en el imaginario social es la característica principal de un jugador de poker (junto a la cara de poker) no se basa en una leyenda urbana del lejano oeste ni mucho menos. Se trata de una habilidad adquirida que nace a partir de una correcta asignación de rangos. Aprender a construir estos rangos, propios y ajenos, a algunos les llevará más tiempo que a otros pero es una de las claves con la que más ganarás al poker.
No es lo mismo enfrentarse a una subida preflop desde UTG y pensar “oh, el rango de ese jugador en esa posición es demasiado fuerte” que hacer una estimación mental de las combinaciones de manos con las que ese jugador en específico subiría la apuesta estando en esa posición. Si conocemos las manos específicas con las que lo haría y decidiéramos por ejemplo pagar esa apuesta para ver el flop, sabríamos también cómo este último podría afectar el valor de su mano. Y desde ese punto, cada próximo movimiento es una mina de información.
Dentro del total de combinaciones con las que este rival estaría en este spot, podríamos decir que con un porcentaje de ellas apostaría y que con el resto pasaría. Esto significa que si por ejemplo pasara, nuestra imagen mental de su rango de manos podría comenzar a descartar combinaciones que no cuadraran con esa decisión. Deberíamos poder respondernos preguntas específicas como ¿Qué manos suben preflop y apuestan frente a estas comunitarias? Y la respuesta equivaldría a las manos que podemos descartar cuando nuestro rival pasa.
Cada decisión que tome nuestro contrincante quita manos del rango que calculamos mentalmente desde el inicio de la mano. A medida que el enfrentamiento avance, las situaciones deberían ser bastante más claras ya que tuvimos más oportunidades para obtener información. Cuando nuestros rivales jueguen check/bet, bet/check o bet/bet estarán enviando mensajes muy pero muy diferentes. Quien se detenga a pensar en esos detalles y entender esas líneas es quien más cerca estará de cantar las cartas antes del acuse para sorpresa de todos. Y no, no será por un tell.
Si de algo sirve el estudio es para entender las acciones de los demás. Todos los datos que recopilemos en la mesa tienen que ser interpretados de alguna manera y mientras más hayamos entrenado más seguros estaremos de nuestra interpretación. Esto no significa saber específicamente qué está haciendo nuestro rival, sino más bien conocer las opciones que deberíamos barajar. En otras palabras, el estudio nos permitirá construir rangos más específicos en el momento de analizar a nuestros rivales. Y eso es el principio de un juego mucho más desafiante.
Por: Hoozh