Los resultados de un jugador de poker dependen casi por completo de su rutina. Ya hablamos en artículos anteriores de la importancia del volumen de juego y una rutina bien pensada es lo que puede significar la diferencia entre un objetivo cumplido con facilidad y unos números mediocres a fin de mes. Invertir nuestro tiempo tan inteligentemente como nuestras fichas en las mesas es y será siempre una de las claves para alcanzar el éxito en el largo plazo. ¿Pero en qué debemos fijarnos para encontrar nuestro día ideal?
Si bien todos llevamos vidas diferentes y sería imposible encontrar una fórmula que sea efectiva para todos por igual, hay mucha información importante que debemos tener en cuenta a la hora de planear nuestras jornadas de grind. Variables como la selección de mesas o jugar en horarios específicos con mayor o menor tráfico dentro de la sala que frecuentamos podrían alterar los resultados de nuestro juego de manera considerable en el largo plazo y el planeamiento de nuestra rutina debe ir siempre de la mano con esos lineamientos.
No es suficiente con elegir los buy-ins o el formato de nuestra preferencia sino que es menester hilar aún más fino. Si realmente lo que buscamos es maximizar nuestras ganancias, datos como el nivel promedio de los jugadores a los que nos enfrentamos no deben ser tomados a la ligera si nos tomamos en serio nuestra escalada hacia niveles más altos. Tomar cada ventaja que esté a nuestro alcance para alcanzar una mejor ganancia horaria o ROI a lo largo del tiempo es tan importante como no dejar de estudiar para mejorar nuestro nivel de juego.
Si por ejemplo nos pusiéramos como objetivo generar en promedio unos ingresos de US$2.000 al mes, basta con una serie de cálculos sencillos para obtener una estimación de lo que debemos hacer para alcanzarlo. Una vez que tengamos una muestra de juegos considerable será posible calcular un aproximado de nuestro ROI o ganancia por hora y es a partir de esos números que las cosas parecen pan comido. Bastaría jugar 200 horas al mes (unas 8 horas por día, durante 25 días) a una ganancia promedio de US$10 cada hora para cumplir el objetivo. Entonces nuestro trabajo será alcanzar ese US$10/h para luego aplicarlo a lo largo del tiempo, siempre forzándonos a cumplir con las horas necesarias. En algunas ocasiones ganaremos más y en otras menos, pero lo importante es obtener el promedio y aplicar esa tendencia en las mejores condiciones posibles, lo que convierte a la idea de planear una rutina de antemano en algo fundamental.
No basta con sentar las bases de una jornada que nos permita realizar las horas de trabajo necesarias. Necesitamos un plan que nos permita hacerlo estando cómodos con nuestro desempeño y donde agentes como la varianza tengan la menor influencia posible. Esto implica detalles que parecen básicos pero son súmamente importantes, como intentar evitar a jugadores competentes siempre que sea posible, o en el caso de los torneos no depender de resultados en los eventos de mayor convocatoria para mantener a flote nuestra carrera.
De hecho, este tópico en torneos es incluso más delicado. Debido a la cantidad de horas que una sesión de MTTs online puede tomar es muy difícil mantener un estilo de vida saludable y un rendimiento ideal del dinero invertido sin antes haber dedicado unos cuantos pensamientos a la construcción de una rutina apropiada. Entran en juego preguntas como: si tenés cosas que hacer fuera de las mesas, ¿vas a ocuparte antes o después de jugar? ¿Qué torneos creés que son prioridad? ¿Cuántas horas al día vas a grindear? ¿Estás preparado para un deep run que podría convertirse en una partida de 12 horas?
Saber qué torneos no debemos perdernos para que nuestras sesiones sean rentables al máximo es prioritario, pero también lo es manejar los tiempos y ser consciente de nuestros niveles de energía a lo largo de una jornada completa. Los momentos donde más dinero tendremos en juego serán siempre en las definiciones de eventos con gran convocatoria y cometer errores por cansancio es una falta grave desde el punto de vista en el que entendemos que estos son completamente evitables. No registrarse en torneos donde probablemente no lleguemos a definirlos con todo nuestro foco en las acciones de la mesa es algo que podemos hacer prácticamente sin pensar si antes invertimos un tiempo prudente en prever nuestras sesiones.
Detalles como que el almuerzo o cena se encuentren en medio de nuestras sesiones deben ser previstos con anterioridad y no hay nada más eficaz que delimitar una rutina que incluya, en lo posible, tiempo para hacer ejercicio, estudiar, esparcimiento y un descanso suficiente. Todos los factores que tengamos en cuenta a la hora de planificar nuestras sesiones influyen, directa o indirectamente, en nuestros resultados. Entender por qué tomamos cada decisión fuera de las mesas y hacerlo con la intención de mejorar nuestro juego, como hacer ejercicio a conciencia para tener más energía en situaciones clave o preparar comidas livianas para no tener sueño en medio de la sesión, nos da un poder incomparable sobre nuestro juego y nuestro rendimiento.
Nadie dice que sea fácil llegar al punto ideal en cada uno de esos frentes, pero comenzar a pensar en ellos poco a poco es un gran paso hacia los hábitos que nos acercarán a zancadas a concretar nuestros objetivos.
Por: Hoozh
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