BRAZILIAN SERIES OF POKER
Gerardo Guochi Grill gritó campeón en la BSOP
Uno de los grinders habituales del circuito también se llevó un trofeo al quedar primero en un Evento Daily en San Pablo.
En una de sus últimas columnas, Andrew Lichtenberger habló sobre el funcionamiento de los rangos. Para entender este concepto, debe tenerse claro que los jugadores de poker no tienen una sola mano destinada para cada situación. En el poker se manejan rangos, es decir, abanicos de varias opciones de manos diferentes que pueden llegar a funcionar en una misma situación.
A la hora de leer la mano de un rival, primero se debe imaginar qué rango de manos puede estar jugando en determinado spot. A partir de allí, se comienza a descartar manos de ese primer rango a partir de las decisiones que vemos que toma en un spot específico, hasta acotarlo lo más posible. Pero también se debe tener en cuenta el propio rango de manos.
Cuando se piensa en la construcción de los propios rangos, se debe tener en cuenta que en un mismo spot se puede llegar a tener la mejor mano, así como también la peor. Es importante que todos tengan los bluffs dentro de las posibilidades de juego. De no tenerlos, se estaría cayendo en un juego totalmente lineal y predecible. El problema surge cuando tenemos que pensar qué bluffs pueden llegar a componer correctamente el rango.
La idea de un bluff no solo es ganar inmediatamente un pozo sin llegar al showdown, sino también ayudar a la composición del rango para que les paguen cuando tengan una mano de valor real. Siempre los bluffs irán acompañados en el rango propio por manos por valor y viceversa.
Desarrollar un juego explotativo exitoso dependerá de la capacidad para ajustar los rangos en función de las deficiencias que se encuentren en los rivales. Si se encuentran ante un rival que foldea de más, entonces se deberá ampliar el rango y jugar más manos en bluff. Si el rival es agresivo con muchas manos, entonces probablemente lo correcto sea acotar el rango para jugar más manos por valor. Lo importante, según Lichtenberger, es no confiarse de «lo que creemos que sabemos» y estar abiertos a generar adaptaciones que sean EV+ en base a los errores de los rivales.