Phil Hellmuth viajó con su padre a Las Vegas en 1989 para disputar lo que sería su primera World Series of Poker. En aquel entonces tenía sólo 23 años pero ya se perfilaba como jugador profesional y se sorprendió mucho cuando su padre, que no apoyaba hasta ese momento las actividades de su hijo, le pidió acompañarlo a la meca del entretenimiento estadounidense. Pero Phil aceptó y hacia allá se dirigieron padre e hijo.

2. Comenzó la leyenda

Phil no podía soñar con un mejor debut en la World Series of Poker. Al Main Event se registraron un total de 178 jugadores de los cuales sólo seis alcanzaron la mesa final. Nadia conocía al joven Hellmuth, que se vio sentado al lado de los titanes de aquella época (Johnny Chan, que buscaba su tercer título consecutivo, y Lyle Berman) pero sorprendió a todos cuando se alzó con la victoria, el más joven en ganar el título del Main Event, al imponerse al propio Chan.

A raíz de su victoria, su padre cambió por completo la percepción que tenía sobre el poker. No sólo disfrutó del gran momento de su hijo sino que también dio varias entrevistas donde demostraba lo orgulloso que estaba de él. «Fue increíble», recordó Hellmuth. Era apenas su primer brazalete pero ya había permitido que toda su familia aceptara su profesión.

Nadie podía imaginarse lo prolífica que sería la carrera de Hellmuth sólo en la World Series of Poker. Apenas en este 2013, más de dos décadas después de su debut, tiene el récord de cien cobros en la series (entre Las Vegas y Europa), posee trece brazaletes, más que ningún otro jugador en el mundo, y ha cobrado más de doce millones de dólares  lo largo de su carrera.

¿Cómo se llega a la astronómica cantidad de trece brazaletes de la WSOP? Jugando cada año. Phil llegó en 1989 y no volvió a faltar a su cita anual en Las Vegas, poniendo todo su empeño en demostrar que era el mejor. En 1992 hizo cinco mesas finales en la WSOP, incluyendo un cuarto puesto en el 2-7 NL Draw, y finalmente ganó su segundo brazalete ese año en un torneo de $5.000 dólares en modalidad Limit Holdem.

Pero sin duda su mejor año fue el siguiente. En 1993 Phil estaba en la cúspide de su carrera y lo demostró ganando tres brazaletes de la World Series of Poker.. Inclusive se quedó cerca de una cuarta pulsera pero tuvo que conformarse con la segunda posición en uno de los últimos torneos del verano. Ese año defendió su éxito su título en el torneo de Limit Holdem y ganó otro brazalete más en un evento de NL Holdem, modalidad que se convertiría en su favorita y en la que afirmaría ser el mejor jugador del mundo.

Entre 1994 y 2001 Phil tuvo sólo dos victorias en la WSOP aunque si múltiples mesas finales. Para alguien acostumbrado a ganar tuvo que haber sido una época difícil pero nunca pensó en claudicar. Ya tenía siete brazaletes en su haber pero le quedaba un largo camino para alcanzar a las eminencias del juego, profesionales como Doyle Brunson o Johnny Chan.

En 2003, el año de la victoria de Chris Moneymaker, antes del boom del poker en Estados Unidos y el mundo, Hellmuth fue capaz de volvr a realizar un doblete ganando dos torneos de la WSOP en Las Vegas: Uno de Limit Holdem con buy-in de $2.500 dólares y otro de NL Holdem con buy-in de $3.000. La personalidad de Hellmuth estaba a tope y era ya conocido en las mesas por sus rabietas y exabruptos provocados por, según él, la poca habilidad de sus rivales a quienes no dudaba en calificar de idiotas.

Este comportamiento la ganó a Hellmuth el apodo de «The Poker Brat» con el que se le conoce hasta la actualidad. Hellmuth es un amante de la cámara y la exposición y sabe que cuando él aparece en la pantalla, los ratings suben. Así, en la era moderna del poker ha aprovechado al máximo su personalidad provocando rabietas enormes y entradas clásicas al Main Event como cuando llegó vestido de emperador romano acompañado de señoritas que hacían de súbditos.

En el 2006 Phil llegó a la mágica cifra de diez brazaletes de la World Series of Poker. Así, se unió a un selecto club integrado sólo por dos jugadores más: Johnny Chan y Doyle Brunson. Pero Hellmuth estaba convencido de que merecía un club para él solo. Así, en los cinco años siguientes ganó tres brazaletes más y, hasta el momento, es el único jugador en el mundo que posee una vitrina con trece pulseras, objetos que no parece que sean más preciados por otra persona más que él. Un año después, Hellmuth consiguió el máximo honor al que puede aspirar un jugador de poker: fue nominado y aceptado como miembro del Poker Hall of Fame, del cual forma parte junto con 47 personalidades más.

Hellmuth ha ganado muchas críticas por su juego poco ortodoxo, muy lejano al que practican los profesionales de Internet en el que las matemáticas y la agresividad son pilares fundamentales. Phil tiene otro ritmo, una manera old-school de afrontar las partidas. Pero demostró que no se había quedado atrás precisamente en el 2012 cuando ganó el que, según muchos, es el torneo más duro del año: El Main Event de la World Series of Poker Europe.

El evento, que tuvo su sede en Cannes, Francia, reunió a la meca del poker: tuvo 420 jugadores inscritos de los cuales 48 entraron en premios y ocho alcanzaron la mesa final. Hellmuth, sin duda, no estaba entre los favoritos pues había jugadores más jóvenes como Jason Mercier o Joseph Cheon que estaban convencidos de que le harían la vida imposible. Pero Hellmuth llegó, con su orgullo y sus tácticas habituales, decidido a demostrar que le podía hacer frente a cualquiera.

Y lo hizo. Horas más tarde derrotaba en el Heads-Up a Sergii Baranov y ganaba su décima tercera pulsera, y sin duda alguna la más importante de su carrera desde aquella que obtuvo en 1989 ante Chan. Un Hellmuth exultante se conoció durante los siguientes meses donde dio entrevistas a la prensa y aseguró que había demostrado lo que siempre había dicho: era el mejor jugador del mundo.

Phil asegura que su carera no tiene intención de detenerse. Está obsesionado con las pulseras y afirma que más temprano que tarde llegará a los veinte brazaletes y, de ahí en adelante, será lo que será.

La pregunta es… ¿Hay suficiente poker para Phil Hellmuth?