URUGUAY
Brian Saslavchik es el nuevo campeón de la Gran Final Millonaria
El argentino tuvo que enfrentar a su compatriota Fernando Romano en el heads-up para quedarse con el último gran torneo de la temporada del Enjoy Poker Tour.
Para infortunio de muchos fans, el concepto de los November Nine funcionó tal como se esperaba y el retraso en la mesa final del Main Event de la World Series of Poker consiguió quedarse otro año más. Tras la victoria de Peter Eastgate, la mesa final del 2009 fue un espectáculo enorme gracias, en su mayor parte, a que tuvo la presencia del mejor jugador del mundo: Phil Ivey.
El rey del poker, la súper estrella, el mejor indiscutible, navegó durante ocho días en el Main Event y se plantó, por primera vez en su carrera, en la mesa final del Evento Principal. Era algo que tenía que pasar tarde o temprano pero al concepto November Nine le ayudó mucho que fuera en ese momento: durante cuatro meses la comunidad pokeril fantaseó con que el mejor jugador del mundo ganará el torneo más importante del circuito.
Un golpe maestro al azar.
Si hubo una carta que cambió la historia del poker para siempre fue la que cayó en el turn durante la burbuja de mesa final del Main Event en 2003 en una mano que disputaron Chris Moneymaker y Phil Ivey. En el flop, Moneymaker tenía trío de damas y en el turn Ivey ligó un nueve para un full. En ese momento todas las fichas terminaron dentro pero el river tenía reservado un as que le dio a Moneymaker un full mayor y todas las fichas de Ivey, quien se quedó a las puertas de la mesa final.
Sin ese as en el river posiblemente no habría existido un boom del poker online. Quizá Ivey habría ganado el torneo y nada fuera de lo común habría pasado si el mejor del mundo ganara el torneo más importante. Pero la historia fue diferente y en el 2009 Ivey tenía otra oportunidad para hacerse con el preciado brazalete. Pero aún tenía que superar a ocho jugadores más para lograrlo.
Uno de sus rivales era alguien completamente inesperado y, además, el líder en fichas. Darvin Moon, de profesión leñador, vivió el run de su vida ligando ases y sets a mansalva durante ocho días y eso le fue suficiente para llegar a la mesa final como líder en fichas con 59 millones de fichas, casi el doble que el segundo puesto de la tabla. Pero Moon tenía muy clara su buena fortuna: «Si hubo 6.400 jugadores en este torneo seguramente 6.300 eran mejores que yo», dijo en una de las pocas entrevistas que dio durante el lapso de los cuatro meses hasta que volvió a Las Vegas.
Moon fue la antítesis del concepto de November Nine. El objetivo es que todos los jugadores de la mesa aprovecharan en hiátus de cuatro meses para darse a a conocer, hacerse los favoritos del público, a través de entrevistas, reportajes y apariciones en medios diversos. Moon, por su parte, mostró total desinterés en este tema y volvió a su hogar en Oakland para seguir con su trabajo de día a día a pesar de tener la posibilidad de ganar $8.5 millones de dólares.
Además de Moon e Ivey, la mesa final tenía la presencia de un jugador que repetía su asiento en esta prestigiosa etapa: En el 2000 Jeff Shulman estaba muy cerca de conseguir el título pero dos manos consecutivas contra Chris Ferguson, el eventual campeón lo dejaron fuera del torneo. Jeff volvía por la revancha nueve años después aunque no exento de polémica: aseguró que si ganaba el torneo tiraría el brazalete a la basura porque para él esa piezaya no significaba nada más que el egoísmo de Harrahs hacia la WSOP y los jugadores.
Por supuesto, sus declaraciones no pasaron desapercibidas y no fueron pocos los que lo criticaron por su actitud hacia una de las piezas más importantes del mundo del poker. Shulman, sin embargo, no tuvo oportunidad de cumplir su deseo pues fue eliminado en la quinta posición mejorando su resultado del año 2000 cuando terminó séptimo en este mismo evento.
Pero la historia que todos esperaban era, sin duda, la de Phil Ivey. ¿Lograría sobreponerse a su corto stack de fichas y ser el campeón? Para infortunio de todos los fanáticos la respuesta llegó pronto: tras un par de movidas al inicio de la mesa final, Ivey finalmente fue all-in con A-K y se encontró con el A-Q de Darvin Moon. Si había alguien que tenía la suerte suficiente para dar vuelta a esa mano era precisamente Moon, quien ni tardo ni perezoso ligó la dama en las comunitarias y terminó con las esperanzas de Ivey.
Moon parecía encaminado hacia el título y lo cierto es que no había muchos a quienes esto les hiciera gracias. Finalmente llegó el Heads-Up en el que se enfrentó Darvin contra el jovencísimo Joe Cada que tenía la oportunidad de quitarle a Eastgate el honor de ser la persona más joven en ganar el Main Event. Este récord, que Phil Hellmuth había ostentado durante años, iba a durar sólo un año en manos de Eastgate pues Cada diola vuelta al Heads-Up contra Moon y fue él quien se hizo con el título.
Cada era ya, antes del Main Event, un jugador profesional de poker online que se había mantenido con su trabajo en las mesas durante los últimos cuatro años. Y en ese momento era ocho millones de dólares más rico.
Nuevamente el concepto de los November Nine demostró que estaba vigente en el 2009. Gracias al mix de jugadores en la mesa final, el espectáculo televisivo fue fantástico y alrededor del mundo se disfrutó del streaming en vivo de la final más importante del poker.
Esta es la segunda parte del artículo sobre la historia de los November Nine. La tercera parte se publicará el próximo sábado 23 de noviembre.