La correlación debería ser incluida en el ABC de la inversiones, sin embargo muchas veces no se tiene presente a la hora de armar un buen portafolio que ayude a generar ingresos pasivos producto de los cobros que se obtienen en las mesas.
Hace nada se habló de la importancia de diversificar o lo que es lo mismo a decir «no poner todos los huevos en la misma canasta», pues bien, este nuevo concepto está directamente relacionado y es que a la hora de elegir en qué invertir, se tiene que tener muy en cuenta como están relacionados varios instrumentos.
Todos los instrumentos, desde los bonos gubernamentales, pasando por las acciones o las criptomonedas, son afectadas de una u otra manera por decisiones políticas, noticias económicas y hasta desastres naturales. La clave está en que dicha diversificación esté compuesta por activos que no sean afectados de la misma manera.
La correlación se puede catalogar como positiva o negativa, en muchos ostros aspectos, este conceptos es conocido también como «directamente proporcional o inversamente proporcional».
El ejemplo más común y más sencillo para explicar este apartado es la relación dólar-oro. Habitualmente, existe una correlación inversa entre ambas variables, de manera que, cuando la cotización del dólar aumenta, el precio del oro baja, y cuando el dólar baja, la cotización del oro asciende.
Una vez más, la situación global de pandemia es un ejemplo perfecto de como este concepto puede haber beneficiado o perjudicado a ciertos portafolios. Una persona que tenga una cartera de inversión dedicada a acciones de empresas, por ejemplo pudo ver como sus títulos de casinos bajaban de precio mientras que aquellos del sector salud aumentaban.
En el ejemplo anterior, una misma variable, el COVID-19, afectó de manera muy distinta. En el poker, hasta cierto punto, se pudo ver algo parecido con la acción en vivo y online. Antes de invertir es necesario conocer cuales son todas las características que mueven a ese activo.