Para ganar en el poker hay que saber jugar, sin duda, no se trata de suerte pero hay muchos otros factores que hay que dominar o más bien no dejar que tomen el control en determinado momento de la sesión o torneo y que supongan tirar a la basura un buen juego.

Los llamado enemigos del jugador de poker son aquellos factores tanto técnicos como mentales que se deben tener presentes y controlados en la mayor cantidad de ocasiones posible, o por lo menos reconocerlos y trata de trabajar en ellos. Es muy difícil corregir algo cuando no se sabe exactamente qué es aquello que necesita ser cambiado. 

El tilt es seguramente uno de los puntos más tratados en el estudio del poker. Jared Tendler, en su libro Juego mental del poker, describe varios tipos de enojos causados en las mesas y algunas recomendaciones para tratarlos. Según el autor existe un tilt causado por el bad beat, por no ver buenas cartas en un largo tiempo, por querer recuperar rápido el dinero, etc. En todos los casos, lo más recomendado es estar atentos durante la sesión cuando aparezcan estas frustraciones, tomarse un buen respiro y continuar pasando la página.

Comprender el primer punto nos lleva a entender y aceptar los otros dos aspectos importantes, como lo son la varianza y el largo plazo. Roma no se construyó en un día ni Steve Jobs hizo de Apple lo que es hoy sin esfuerzo. Por alguna razón se tiende a pensar que el poker dará resultados inmediatamente; es cierto que en determinado momento se puede ganar un premio de esos que cambia la vida, pero ese momento será la consecuencia de un trabajo mucho más profundo y sostenido en el tiempo. El desenlace de una mano o los resultados de una sesión no son determinantes de nuestro juego en sí. Es muy parecido al empleado que va a la oficina y tiene un mal día con el jefe o un cliente, el jugador de poker debe aceptar esas realidades y mantener la calma para minimizar los daños causados por factores que simplemente no se pueden controlar como un bad beat.

El cambio de estrategia constante también es otro factor que juega en contra del jugador. Es muy importante tener determinados los movimientos y las cartas que jugaremos en un momento dado. El hecho de que no nos salgan de la mejor manera no quiere decir que ha estado mal jugado, siempre y cuando se esté seguro de que es es una buena estrategia la que se está siguiendo. Abrir con A A y que toda la mesa tire sus cartas no significa que la próxima vez debemos hacer slow play.

Por último, pero no menos importantes, son las distracciones externas. Jugar una sesión en casa con la TV encendida y las redes sociales activas hacen que no se tenga el foco en lo que realmente importa: el poker. Un conductor es más propenso a sufrir un accidente si está pendiente del teléfono; posiblemente el jugador de poker no pondrá su vida en peligro por una distracción pero seguro le costará unas cuantas ciegas en determinado momento.

En resumen, para tener una buena experiencia a la hora de jugar, se deben tener conocimientos de cuáles son las realidades del poker y eliminar todos aquellos factores que suelen condicionar nuestro juego y que no están directamente relacionados con la forma de jugar cartas, sino que vienen dados por algunos de los puntos antes explicados.