Michael Duek sumó una mesa final en el PGT PLO Series
El argentino radicado en los Estados Unidos sigue brillando en los torneos de altas apuestas: mira su mesa final con cartas abiertas.
El legendario jugador de poker Phil Hellmuth , conocido por su olfato para las oportunidades y su récord de brazaletes en la WSOP, acaba de sumar una nueva anécdota… pero esta vez, no precisamente de triunfo y que es digna de repasar en esta nueva edición de los Viernes Freak.
Durante una aparición en el Doug Polk Podcast, el grinder e inversionista Alan Keating reveló una historia que parece salida de una pesadilla financiera: Hellmuth tuvo la chance de invertir US$15,000 por un 4% de participación en una prometedora startup. Keating, quien negoció el trato, lo describió como un «regalo», con descuentos del 99% y hasta acciones de asesor incluidas.
Hellmuth y Keating tienen una gran amistad, tanto fuera como dentro de las mesas de poker. Incluso han grabado videos juntos, como el que puedes ver al final de la nota.
Pero Hellmuth, que ha ganado US$30 millones jugando poker en vivo, no lo vio tan claro. Después de consultar con otros inversores de alto perfil, todos los cuales también rechazaron la oferta, decidió pasar.
Un año después… ¡boom! Keating recibió una llamada de un bróker ofreciendo comprar sus acciones. ¿La razón? La empresa ahora estaba valorada en US$2 mil millones. Ese 4% que pudo haber sido de Hellmuth valía nada menos que US$80 millones.
I don’t think I’d ever be able to recover from this@Mister_Keating tells a story of how @phil_hellmuth had an opportunity for a $15,000 investment that would now be worth $80,000,000 🤯 pic.twitter.com/WeCRThH0M6
— Doug Polk (Code Doug) (@DougPolkVids) March 26, 2025
La reacción de Hellmuth, según Keating, fue “como ver al T-1000 derretirse en Terminator 2”. Pasó por todas las etapas del duelo y estuvo furioso por días. Y no es para menos.
Para alguien que ha convertido el arte del read en su sello personal, esta fue una de esas manos que se escapan… y que duelen por mucho, mucho tiempo. Incluso los grandes pueden fallar. Y cuando fallan, el golpe puede ser tan brutal como perder un all-in con ases.