El campeón del Second Chance de la tercera fecha del Madero Poker Master Cup es Adrián Jiménez . Quizás no tenga un gran reconocimiento a nivel nacional, pero cualquiera que participa de los torneos del Casino Buenos Aires sabe quién es. Hace ya unos años que es regular de allí y después de haber quedado 50° en el Main (cobraban 45), se registró automáticamente en el Second Chance.
La verdad que estoy muy contento porque, si bien me quedó el sabor amargo de no haber entrado en cobros en el Main Event, lo jugué muy correcto. Siempre hay errores que corregir, pero en líneas generales fue bueno. Y sabía que si seguía con esta línea en el Second Chance podía llegar lejos. Y bueno, se dio a mi favor y con el bono de haberlo definido con mi amigo José (Mascriota)
El flamante campeón
La primera jornada fue perfecta, aunque el Día 2 comenzó de una manera muy distinta a la ideal.
Tuve una complicación y llegué 16:30 , media hora después de que haya comenzado el Día 2. Sin embargo, apenas me senté en la mesa quebré Ases con Dama-Diez. Eliminé al jugador y lo percibí como una señal. Puede ser una tontera, pero internamente fue tal cual como lo lo sentí.
De allí fue todo viento en popa hasta alcanzar la durísima mesa final, que incluyó a Ariel Mantel y al campeón de la Copa América Maximiliano Antonioli .
La definición del torneo pasó sin sobresaltos, manteniéndose en el promedio, sin vaivenes hasta llegar al 3-handed último en fichas.
Cuando quedamos tres las cosas se pusieron complicadas. Gonzalo (Reggi) eliminó al cuarto y los dos me quedaron muy lejos en fichas. Durante un buen rato intenté acercarme jugando muy agresvio, pero en un bluff se me volvieron a escapar. José se movía poco, entonces siempre estaba en batalla con el segundo. Casi que parecía un heads-up jajajajaja. Entonces llegó la mano decisiva: subí con Rey-Jota x 2.5bb y Gonzalo me 3beteó. Se las clavé y me pagó en el acto con Damas. Metí Rey al flop y después de esa mano continué atacando hasta que lo eliminé. ¡Ese Rey fue glorioso
La implacable Mesa Final
La final quedó entre amigos, que más allá de los paños comparten viajes, asados, risas y anécdotas.
El heads-up duró cuatro manos. Cuatro manos en las que ligué como nunca en la vida. La primera mano gané con bluff, la segunda con escalera contra doble par, la tercera con par de Reyes y la cuarta mis Sietes aguantaron el flip ante el Rey-Jota de José.
Un final soñado para Jiménez, un jugador que día a día trata de mejorar en su juego pese a que el poker no es su principal actividad.
Siento que como jugador mejoré mucho en este último tiempo. De tanto jugar con los mejores algo se va aprendiendo. Antes los respetaba demasiado; ahora si tengo que enfrentar a alguno lo hago sin problemas. Hago movimientos que en otros momentos ni siquiera pensaba en spots donde antes simplemente había fold en mi arsenal. Así a veces me pelo, pero en general creo que soy un jugador más completo que antes. Aunque, claro, me falta muchísimo por aprender y mejorar para llegar al nivel de los monstruos que juegan en Madero.
¡Grande, Conejo!