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El torneo BAP de Sevilla destinará parte de lo recaudado a las víctimas del desastre natural que afecta a gran parte de la población española.
Uno de los jugadores que viene descollando en el ámbito del poker argentino, gracias a la evolución mostrada en su juego y a los resultados que la han evidenciado en los paños virtuales, es el ya reconocido “bostero27” . Apenas hace algo más de una semana, registramos su logro al imponerse en el Hotter 55 de PokerStars, triunfo que se suma a una galería ya extensa de cobros similares. En vista de esto, quisimos conocer un poco mejor a este aventurero de los multimesas, y fruto de nuestro diálogo con él, publicamos este perfil.
Nuestro héroe nace en la hermosa ciudad de Rosario , hace ya 29 años. Como su nick lo deja saber, “bostero27” es fiel hincha del equipo de la mitad más uno de los argentinos, el Boca Juniors . Además del fútbol, alterna el poker con otro juego que lo apasiona: el ajedrez. Precisamente, fue por el llamado “juego-ciencia” que Bostero llegó al deporte de las mesas ovales:
“Conocí el poker a través de mi amigo Cristian ‘progre69’ Sampaoli . Nos hicimos muy amigos en el ambiente del ajedrez, y él me fue contagiando su afición por el poker. Al principio jugábamos ambos por diversión; sin estudiar ni saber mucho del tema. Empezamos tomando parte en freerolls y torneos de bajo costo. Han pasado 8 años desde eso y ahora aún compito en ajedrez unas 3 ó 4 veces al año, y sigo tomando clases para mejorar mi desempeño en los tableros, pero por supuesto que el poker me ha hecho dejarlo bastante de lado”, comienza a adentrarme el Bostero por su vida.
Esa etapa en la que vio el poker como una simple afición, se extendió por unos 2 años para nuestro invitado. Pasado ese tiempo, Bostero empezó a darse cuenta de que el crecimiento que quería en los paños implicaba estudio y una visión más rigurosa del juego. Afortunadamente, ya contaba con la disciplina y la preparación que podía darle el haber cultivado el ajedrez como una actividad de competencia desde que era un niño; lo cual le significó un buen punto de partida para ir dinamizando su transición hacia el poker, hasta llegar a convertirse en un practicante de esta disciplina a nivel profesional, hace unos 4 años y medio.
Bostero ya sabía lo que significaba imponer su estrategia en este tipo de competencias: Fue campeón rosarino de mayores en ajedrez 2 veces. En la categoría juvenil había participado en varios campeonatos nacionales argentinos y también incursionó en un panamericano. La transición al poker implicó prácticamente iniciar de cero, pero la pasión de este gran hincha de los Xeneizes no vio en ello un obstáculo demasiado significativo para intentarla:
“Desde mis inicios me concentré en el poker en línea, que es donde he conseguido prácticamente todo lo que he hecho en mi carrera en este deporte. Cuando empecé, ni siquiera tenía internet en casa. Jugaba en cibercafés y lugares de ese estilo; así que en principio nunca se me ocurrió que podía llegar a vivir de esto”, cuenta Bostero.
Para esa época, se probaba en torneos gratuitos, con un field multitudinario y pequeños premios en efectivo:
“Algunas veces llegaba a tener algo de dinero real en mis cuentas, pero lo perdía luego. Jugaba prácticamente en todas las salas habilitadas en esa época: Absolute Poker, Everest, Party Poker, Bet365… Dependía del horario y de cuál ofreciera torneos gratuitos (risas). De esa manera llegué a ganar unos 40 dólares como premio máximo alguna vez. No era fácil conseguir una victoria en torneos con tanta cantidad de participantes. Además de que no tenía nivel, era muy incómodo jugar por fuera de casa”, precisa Bostero.
Al tiempo que se debatía entre el ajedrez de competencia y sus inicios pokerísticos, el hoy ganador del Hotter 55 buscaba completar su formación universitaria: “Inicié varias carreras; pero no terminé ninguna. Pasé por Contaduría Pública, profesorado en Matemáticas y licenciatura en esa misma ciencia”, confiesa. Irónicamente, su profesionalización estaría bastante distante de las facultades y sus formalismos. Así empezó a reconocerlo cuando su cómplice de inicios pokerísticos, Cristian Sampaoli, lo invitó a jugar en PokerStars, para lo cual le transfirió 10 dólares como primera “banca”:
“Empecé a ganar, supongo que teniendo suerte, porque en ese entonces no jugaba bien. Logré el primer puesto en un torneo que me dejó unos 500 dólares como premio y con eso me compré la computadora para poder jugar desde casa. Creo que ése fue el primer paso para empezar a tomarme el poker más en serio”, recuerda Bostero. Para ese entonces, su estudio del juego aún no era el más riguroso: “Creo que mejoré bastante gracias a las conversaciones y el análisis de manos con mis amigos. Ellos me han ayudado mucho. Mi mejor ‘clínica de juego’ ha sido verlos jugar y escuchar sus explicaciones. Obviamente, he complementado eso viendo algún video y leyendo uno que otro libro”, explica.
Al preguntarle un poco más por esos compañeros iniciales en su etapa de novato en el poker, Bostero prefiere reservarse nombres y simplemente me cuenta que se trataba de un grupo de compañeros suyos en el ajedrez, que fueron contagiándose de esa transición hacia el poker. De los tableros a blanco y negro, a las fichas de colores, ya contaban con elementos importantes para constituir un buen punto de partida:
“Creo que la mayoría de los jugadores de ajedrez contamos con una cierta ‘ventaja’ por acumular experiencia en la toma de decisiones, en el análisis de los rivales y en la capacidad de prever lo que puede llegar a pasar en el desarrollo de ciertas situaciones. Aun así tenemos que adaptarnos a considerar la incidencia del azar, que en el ajedrez es casi nula. Para hacerte jugador de poker tienes que aprender a convivir con la frustración casi todo el tiempo. También hay que cultivar con más rigor la disciplina porque llegas a estar ‘a un click’ de tomar una mala decisión que arruine un trabajo importante”, analiza Bostero con detenimiento.
Después de estos primeros años de exploración en el deporte mental del siglo XXI, Bostero viviría su primer gran resultado en un torneo satélite organizado por la sala de la pica roja en el año 2010, en el cual se ofrecía como premio mayor un paquete completo para presenciar algunos partidos de la Copa Mundial de Fútbol, que se disputaba ese año en Sudáfrica . Nuestro entrevistado consiguió quedarse con esa envidiable recompensa, pero decidió cambiar el viaje por el dinero: “Habría sido hermoso ir a alentar a la selección de Maradona , pero en ese momento el dinero que implicaba el premio era una cifra muy importante para mí (alrededor de 7 mil dólares), así que creo que tomé la decisión que debía tomar”, afirma.
Un par de meses después otro deep run le mostraría a nuestro héroe que definitivamente su carrera en los paños tenía futuro: alcanzó la mesa final del Sunday Million, después de haberse registrado en el torneo gracias a un cupo obtenido vía satélite, para finalizar en la sexta ubicación del certamen. «Ahí fue cuando decidí dedicarme profesionalmente al poker. Empecé a invertirle mucho más tiempo y a tratar de convertirme en un jugador regular”, señala Bostero. En esa ocasión, se embolsó alrededor de 49 mil dólares “de los cuales retiré la mayor parte (risas). De todos modos ahí cambió mi enfoque y supe que en adelante me dedicaría al poker de tiempo completo”, profundiza.
Con este despegue definitivo, Bostero decide mudarse de la casa de sus padres, y esa independencia le permite la tranquilidad que necesitaba para dedicarse de lleno al poker. En principio se concentra en jugar en la modalidad sit and go y en torneos tipo fiftys, sin conseguir resultados muy promisorios. Entonces aparece de nuevo la asesoría de Cristian Sampaoli, quien lo adiestra para incursionar en competencias heads-up y según Bostero: “Ésta fue una fase clave para mejorar mucho mi nivel en torneos. Seguía jugando en los multimesas, pero al tener una banca un poco reducida, se hacía complicado soportar los golpes de una varianza tan alta”, anota el entrevistado.
Le pregunto si la evolución que iba alcanzando como jugador en línea no lo motivó a acercarse a las grandes competencias en directo, a lo que Bostero responde:
“He jugado muy poco en vivo. Durante los últimos tres años he participado en una parada del LAPT (Latin American Poker Tour) por año, clasificando online. Sin embargo, ha sido más una excusa para tomar vacaciones con mi novia que otra cosa. No soy muy bueno en vivo y por eso no le encuentro tanto gusto al poker en directo. Es algo bastante diferente. Se recibe una cantidad mucho menor de manos en vivo y eso te obliga a tener mucha paciencia y fijarte en otras cosas. No cuentas con programas de estadísticas que te sirvan de apoyo. Hay muchos factores que hacen que mi adaptación al juego en vivo sea bastante costosa”, cuenta con franqueza nuestro invitado.
Esa preferencia de Bostero por los paños virtuales sigue encontrando eco en los resultados que viene consiguiendo en el último tiempo: “El 2014 y lo que va de este 2015 han sido increíbles para mí. He ganado muchos de los torneos diarios de PokerStars: el Nightly 55, el Nightly 162, el Big 162, el Wednesday 320 y recientemente, el Hotter 55”, enumera el rosarino.
Sin embargo, no son los pozos y los grandes premios lo que marca la mayor satisfacción que deja el poker para nuestro entrevistado:
“Creo que lo mejor que me ha dado el poker es poder dedicarme a algo que realmente me gusta y poder vivir bien al hacerlo. Gracias al poker puedo disfrutar de viajes con mi novia y con mis amigos. Simplemente poder reunirme con ellos a jugar es algo que me permite ser feliz”, declara Bostero, a manera de conclusión, al tiempo que honra nuestro trabajo con sus palabras: “Agradezco mucho que me hayan brindado este espacio y le den reconocimiento a lo que vamos consiguiendo en las mesas. Le deseo muchos éxitos a CodigoPoker para sus proyectos venideros”, tiró a manera de despedida.