Los jugadores y nosotros los aficionados del poker latino celebramos a ruido de bombos y platillos el regreso del poker en vivo. En primer lugar volvió el BSOP Millions y, con todo su esplendor, hipnotizó a todo la región con una vuelta tan necesaria como poderosa.
A ver: que en Argentina se haya reanudado el querido Circuito Argentino de Poker también es algo bueno para los jugadores albicelestes y para la región que comienza a recuperarse tras el coletazo del COVID-19. Sin embargo, lo que se busca en el futuro (en lo posible más cercano que lejano) es que haya un modelo brasileño en suelo argento y en el resto de América Latina.
Con la creación del BSOP en 2006, el poker en Brasil tuvo un ascenso astronómico.
Para eso hay que entender una cosa: el poker en Brasil se practica por fuera de los casinos, prohibidos en territorio verdeamarelo, por lo que esto propició a la creación de la Confederación Brasileña de Texas Hold’em (CBTH) que preside Uelton Lima y su principal función la explica el periodista de SuperPoker, Gabriel Grilo : «Luchar por el reconocimiento del poker como un deporte de mente y por una regulación del poker en las leyes que beneficien el escenario nacional. También debe fomentar y popularizar la disciplina además de proveer informaciones para quien busca abrir un club y realizar un torneo».
La regulación de este juego por fuera de los casinos pareciera estar a años luz por esta parte del mundo, aunque es lo primero que se necesitaría si los aficionados del poker queremos torneos del fuste de Brasil, nuestro vecino potencia mundial en la materia.
Pero más allá del éxito total que fue la última edición del BSOP Millions, Grilo avisa: «Es difícil decir que la situación está 100% resuelta, pero hoy ya existe una gran jurisprudencia favorable para las casas de poker y series en vivo. Sin embargo, el poker es legal aquí porque en Brasil se lo considera un juego de habilidad. Lo que sí sucede, es que algunas veces un juez tiene un entendimiento diferente sobre la naturaleza del juego, pero la disciplina va rumbo a tener cada vez más respaldo jurídico y más seguridad para quienes trabajan en esta área. Por ende, una reglamentación total traería una nuevo ‘boom’ y la relevancia del deporte sería todavía mayor», asegura.
Entonces, ¿a cuánto está Argentina y el resto de los países de Latinoamérica de poder crear algo semejante? De buenas a primeras, lo que se estaría necesitando es organización. Y acá es donde entrarían, en primera instancia, los jugadores, aunque también todas aquellas personas del ambiente que deseen involucrarse en pos de gestionar un ámbito en el que toda esta actividad pueda llevarse a cabo. ¿Es fácil? Para nada. Será un camino largo y que no todos van a querer transitar, pero es totalmente necesario si lo que buscamos es capitalizar todo el potencial que tenemos en el país y la región.
América Latina vibró con el campeonato mundial de Damián Salas. Este hito ratificó la calidad de nuestros jugadores.
Al respecto, Damián Salas ha manifestado muchas veces en llevar la causa del poker latinoamericano hacia lo más alto y, junto con nuestro representante campeón del mundo, en Colombia jugadores como Carlos Camargo se han expresado a favor de considerar al poker como un deporte mental.
También se vio a Sebastián Costa , un jugador mendocino, que golpeó hasta las puertas de la procuraduría general de la provincia con el fin de que se considere al poker como deporte mental. A través de la AJPOA (Asociación de jugadores del Oeste Argentino), transmite todas las novedades con respecto a esta iniciativa, pero hace mucho que no hay actualizaciones al respecto y, como él, son muy pocos los que intentan empujar a que este proyecto sea una realidad en el país.
Aun así, el horizonte se ve cerca y habla en portugués. Aunque para llegar a ello, habrá que recorrer un camino con muchas dificultades, pero que deberá estar impulsado por la pasión hacia este deporte. Si queremos que sea una realidad, todos deberíamos apoyar a esta gran iniciativa que podría cambiar el curso del poker argentino, que tiene un campeón del mundo, un finalista y dos brazaletes de la WSOP, para siempre. Y para que, cuando cantemos «Brasil decime qué se siente» sea en un partido de fútbol y no para preguntar cómo es jugar la disciplina en un marco totalmente favorable para su desarrollo.