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Año de elecciones, año de decisiones. María Eugenia Vidal suspendió el impuesto al juego en Buenos Aires que había sido creado en diciembre del año pasado. La determinación se tomó en el marco de un acuerdo entre las empresas del sector, los trabajadores y la Gobernadora. La resolución plantea el cese del impuesto del 3% sobre los premios «hasta tanto se determine un mecanismo fáctico, material y técnico que permita percibir el impuesto previsto».
Se trata de una decisión política de la gobernadora bonaerense, de cara a un posible fin de ciclo. Ese tributo había sido presentado a fin de 2018 con el objetivo de crear un fondo específico para atender el gasto social, que crecía en paralelo a la crisis económica.
El impuesto a la recaudación de las tragamonedas o slots fue tramitado en la Ley Fiscal Impositiva que se negocia y se aprueba junto al presupuesto de la provincia. Por entonces, desde el gobierno calculaban que generaría unos 6.000 millones de pesos para las arcas del Estado.
Claro que la avanzada contra el juego en Buenos Aires generó una fuerte reacción entre los empresarios del juego, quienes mantuvieron reuniones de urgencia y se quejaron de la fuerte presión impositiva. A partir de esa movida, el gobierno anunció la legalización del juego online, reglamentación que abría una vía de ingreso de fondos frescos al Estado bonaerense a través del cobro del 15% de Ingresos Brutos y un canon del 34% a las empresas. Se calculaban unos 5.000 millones para las arcas públicas.
Sin embargo, y si bien ya se difundieron los nombres de los interesados, esa adjudicación está frenada hasta que se sepa el nombre del nuevo gobernador. Sea Vidal o Axel Kicillof, deberán definir si se da continuidad a ese negocio o se lo desestima.
Fuente: La Política Online