Los solvers constituyen una realidad que llegó para cambiar el poker. Si bien representan una gran herramienta para mejorar en las mesas, también está planteando grandes retos y algunas consecuencias para los jugadores.
Una de las mayores ventajas de esta solución tecnológica es que plantea la forma correcta u óptima de jugar una mano, sin embargo dicha certeza ha provocado una gran incertidumbre en muchos profesionales. Esto ocurre principalmente a la hora de sentarse en las mesas y tratar de replicar lo aprendido fuera de ellas.
Dara O’Kearney 
, jugador profesional y autor de varios libros, asegura que en los últimos años se ha encontrado con muchos jugadores que persiguen el perfeccionismo de los solvers, dejando de lado otras maneras de ganar en las mesas.
Otro de los problemas que pueden estar asociados a los solvers es que aunque pueden mostrar la mejor manera de jugar una mano, al obtener dicha respuestas,el jugador omite el razonamiento lógico que lo puedo haber llevado a tal conclusión.
En una reciente publicación, el irlandés recuerda una charla que tuvo con Fedor Holz 
, en la que el alemán comenta que una de las claves de su éxito moderno recaía en que «no tenía la respuesta perfectas para ningún spot, pero tenía una buena respuesta, creada por mi, para cada uno de ellos».
Si bien es cierto que estos softwares están siendo utilizados por los profesionales de élite para llegar al siguiente nivel, puede que la automatización de las decisiones esté planteando algunos puntos negativos.
Por último, O’Kearney, asegura que existe un aforismo, a menudo atribuido a Voltaire, que puede aplicarse al uso de los solvers: «No dejes que lo perfecto sea enemigo de lo bueno».
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