Los operadores de juegos de azar y apuestas deportivas en Estados Unidos se muestran optimistas luego de que el último viernes se diera a conocer el paquete de medidas para aliviar la situación de despidos masivos y gastos que pueden enfrentar los establecimientos como casinos al no estar generando ingresos a causa del COVID-19.

La Ley CARES de que inyecta US$ 2 billones a la economía proporciona liquidez de emergencia, desgravación fiscal y apoyo adicional para empresas privadas, entre otras medidas que podrían beneficiar a la industria del juego. El dinero será otorgado primero a los estados para su administración y luego a empresas individuales en función a aspectos como el número de empleados, flujos de caja, entre otros.

«Hemos argumentado que somos empleadores importantes y motores económicos importantes, ya sea en la costa del Golfo, en Oklahoma, Las Vegas o en el oeste de Pensilvania. Estos legisladores entienden que no quieren ver caer a estas comunidades de jugadores», aseguró Bill Miller, presidente y CEO de la American Gaming Association.

Asimismo, antes de que se diera a conocer esta iniciativa un grupo de altos ejecutivos de casinos en Nevada encabezados por el ex miembro del MGM Resorts, Jim Murren, se reunieron y recaudaron US$4 millones para la compra de equipos de protección personal para trabajadores médicos y kits de pruebas para COVID-19. Sin dudas, toda esta crisis ha hecho que el sector se una y trabaje en conjunto para reducir las consecuencias del cese de actividades.