Los casinos flotantes ubicados a las afueras de Macau, en aguas internacionales de Hong Kong, van ganando poco a poco más adeptos. Los jugadores encuentran mucho más económico el pagar $52 por una noche de diversión en alguno de los ocho botes a pagar la exorbitante cantidad de $175 por noche en tierra firme.

Los cruseros operan de manera legal en las aguas de China y, contrario a las enormes casas de juego de la ciudad asíatica, no cobran ningún impuesto a sus visitantes. Otra enorme ventaja que los expertos ven es el hecho de que los turístas no necesitan ningún tipo de visa diferente a la que se obtiene al ingresar al país asíatico y eso podría beneficiar a los grandes empresarios que normalmente buscan a toda costa esconder su identidad.

Los operadores de los casinos en tierra firme dicen no sentirse preocupados por el momento pues jamás podrán competir con las opciones de comida, diversión y tiendas que hay en Macau. El crecimiento de la ciudad ha superado cualquier tipo de expectativa por lo que perder una pequeña cantidad de dinero parece no ser problema.

A pesar de las declaraciones de los ejecutivos a final de cuentas hasta el mismo James Bond prefirió un casino flotante en su última película Skyfall. ¿Dónde preferirías jugar?