El mundo de la música y el poker lamenta la pérdida de Steve Albini , una figura legendaria en ambos ámbitos, quien falleció el último martes a los 61 años debido a un infarto. Albini fue conocido como ingeniero de sonido y productor de bandas icónicas, así como por ser un destacado grinder que ganó dos brazaletes de la World Series of Poker (WSOP).

En el mundo de la música, Albini dejó una huella imborrable al contribuir en la producción de importantes álbumes de rock alternativo, como el último álbum de Nirvana, In Utero, lanzado en 1993. También trabajó con artistas influyentes como Pixies, PJ Harvey, Slint, Low y The Breeders, entre otros. Su estilo único de producción y su preferencia por el sonido analógico le ganaron un lugar respetado en la industria musical. Albini también fue líder de las bandas Big Black y Shellac, dos agrupaciones fundamentales para el género noise rock.

Steve Albini y Brandon Shack-Harris celebrando en la WSOP 2022.

En cuanto a su pasión por el poker, Albini fue un competidor dedicado en la WSOP, donde obtuvo su primer brazalete en 2018 en el evento de Stud de US$1.500, y su segundo en 2022 en el evento H.O.R.S.E. de US$1.500, una joya que curiosmente rompió. Siempre trató el poker como un oficio serio, aunque no lo consideraba su principal profesión, pero le dedicaba su atención a la estrategia y al análisis en cada juego.

La trayectoria de Albini como músico, productor y jugador de poker fue notable. Su capacidad para destacarse en múltiples campos demostró su talento y versatilidad. Las comunidades de música y poker recordarán a Albini como un innovador y apasionado en sus disciplinas. Su legado perdurará a través de sus numerosas contribuciones a la música y a su desempeño en el poker.

El día que Albini rompió un brazalete de la WSOP

En la WSOP 2022, Albini ganó el Evento #32 H.O.R.S.E  y convirtió US$1.500 en un premio de US$196K más un brazalete.

A minutos de haber recibido la joya, y en medio aún de la celebración, la alhaja se resbaló de sus manos para caer de lleno al suelo y así fue como quedó.

«Steve Albini ganó su segundo brazalete e inmediatamente lo tiró al suelo y lo rompió», escribió Eric Rodawig , amigo del campeón. Así quedó viéndolo más de cerca.

El hombre que bluffeó a Nirvana

Albini no sólo le negó un brazalete al polémico Chris Ferguson en el mano a mano del Evento #31 US$1,500 Seven Card Stud del 2018, cuando obtuvo su primer brazalete, sino que también le quitó la posibilidad al grupo Nirvana de tener el sonido que ellos querían en uno de sus discos más famosos, In Utero (1993).

Allá por 1992, Albani era un productor de música en Chicago que quería a toda costa producir el nuevo disco del grupo grunge, que por ese entonces estaba en lo más alto.

Fue por ello que Albini, haciendo uso de sus contactos, le hizo llegar una carta al mismísimo Kurt Cobain , vocalista de la banda, en la que le explicó que él podía producir un disco con el sonido que ellos querían.

«Quieren sacar una producción con un sonido más casero y sin interferencia de las disquerías. Si eso quieren hacer, me gustaría ser parte de ello», escribió Albini. «Si sienten que la disquera se está metiendo mucho con ustedes y les obligan a tener el sonido que ella quiere, yo puedo hacer que ellas se vayan al carajo».

Un bluff impresionante que sirvió para convencer a todo Nirvana. Un farol que funcionó: fascinado por esas palabras llenas de integridad artística y odio al compromiso, la banda de Seattle aceptó con entusiasmo. Albini logró producir In Utero, el último álbum de Cobain y  que ha vendido más de 15 millones de copias en todo el mundo.

All apologies, uno de los grandes temas del disco

Lo de Steve fue un bluff épico por una razón específica: cualquier productor estadounidense habría hecho papeles falsos para producir Nirvana. Steve se diferenció de la competencia al usar las palabras correctas y declararse no interesado en un proyecto demasiado comercial, exactamente lo que Cobain no quería.

Eso sí, tras el lanzamiento de In Utero,  el líder de la banda de Seattle se quejó varias veces por la producción, diciendo que no estaba satisfecho porque el sonido del álbum estaba lejos del estilo «crudo» que querían darle y que había sido prometido. Sin embargo, cuando Kurt se dio cuenta del hecho, el bluff ya se había concretado y Albini ya estaba recogiendo las fichas.