David Williams viene de ser noticia fuera de las mesas de poker: el jugador estadounidense participó en MasterChef, programa de cocina en el que llegó a alcanzar la Gran Final y terminó segundo. Aunque ahora lo es por algo que sí hizo sobre los paños: perder casi un millón de dólares en un día. Casi un millón de dólares que había ganado ese mismo día…
Williams contó la historia en el Poker Life Podcast de Joe Ingram, una anécdota que llamó especialmente la atención y que los amigos de Poker-Red recogieron con lujo de detalles. Allí el estadounidense narró cómo en un solo día fue capaz de convertir US$5.000 en US$900.000 y luego los despilfarró. Todo empezó un sábado cualquiera, hace ocho años, en el 2008. Gabía obtenido US$5.000 apostando a la UFC, el arte marcial del vale todo. Con ese dinero se sentó en una mesa de cash de US$25/50 en la que los convirtió en US$12.000.
Por eso Williams decidió cambiar de mesa y sentarse en una de Pot Limit Triple Draw de US$100/200. Mesa distinta, misma historia. Se levantó de la misma con 50.000$.
Con esos US$50.000 me presenté en la Bobby’s Room el Bellagio porque me habían contado de una buena partida. Mi amigo Harty quería jugar US$50/50 y me dio otros US$50.000, así que empecé con US$100.000 que rápidamente transformo en US$200.000.
Williams le entregó su parte a Harty y con los US$100.000 que le quedaban, volvió a la mesa de Triple Draw, en la que mientras Williams estaba en el Bellagio habían subido el límite a US$200/400, algo que no evitó que siguiera en alza hasta alcanzar los US$220.000.
De ahí se fue de vuelta a la Bobby’s Room, a la mesa de PLO en la que el límite era ya de US$500/1.000. En ella se encontraban jugadores como Sammy Farha, Tom Dwan, Rafi Amit, Kido Pham y más. Farha, concretamente, estaba a la izquierda de Williams…
Allí, el protagonista de este historia ganó botes gigantescos hasta llegar a tener US$900.000. Pasadas casi 24 horas desde que empezara a construir ese bankroll, recibió la llamada de Nenad Medic, uno de sus mejores amigos, quien le decía que volviera ya a casa, que ya era suficiente, pero Williams quería alcanzar la barrera del millón de dólares.
Pero a partir de ese momento, todo se cruzó. Cuando empezó a perder manos, y el dinero se empezó a esfumar, se iba poniendo nuevas metas continuamente. Cuando su pila iba por US$600.000, aguantó un poco más intentando llegar a US$800.000. Cuando la pila bajó a US$400.000, quería recuperar hasta el medio millón. Y cuando iba por US$200.000, casi sin darse cuenta, estaba pidiendo prestados US$100.000 a Kido Pham.
Finalmente la deuda con Pham ascendió a US$250.000. Estuve unos días sin hablar con Nenad, sin atenderle el teléfono. Aprendí una lección muy importante: cuando estás cansado y la partida no es buena, lo mejor es levantarse e irse. Ahora me doy cuenta de que mi deseo de llegar al millón no tenía ningún sentido, pero cuando estás en la situación, es difícil comprenderlo.
Fuente: Poker-Red.