Matthias Eibinger, el rey de los torneos turbos de la Triton
El austriaco se impuso en el Evento #11 de Montenegro, demostrando una vez más su maestría en las estructuras rápidas.
«Sarita, qué hacemos, ¿vamos all in?»
La ranita no hablaba, pero de alguna manera se comunicaba con el querido Rafael Zelicowicz para decirle lo que tenía que hacer. Y su dueño, tuviera una ciega o estuviera enfichado, las mandaba todas al centro.
Ya no lo hará más y se extrañará. La Ranita, un personaje muy querido en el ambiente del poker, se murió el lunes luego de haber estado internado un tiempo largo producto de un cáncer que le arrancó la vida. Sus restos eran velados en Loyola 1139 de la Capital.
Cuentan que la leyenda se hizo conocida allá por el 2011, durante un Texas Poker Internacional de Corrientes. «Sarita, qué hacemos»… Y así, Rafael se fue enfichando y siendo el comentario de todos por su forma de jugar. Dicen que en un break, Sarita desapareció y Rafael no ganó. Ese día festejó Daniel Pardo, al que lo apuntan como responsable de la broma…
Ranita era miembro activo y de los mejores del VT Team, el de los veteranos con sangre y actitud jóvenes. Ganó un Iguazú en el 2011, un Madero Experience en el 2014 y llevó su buena onda a las mesas de Brasil y Las Vegas.
En el 2011 ganó en Iguazú.
En pareja, con hijos, pisando los 70, Zelicowicz sabía cuál era su destino inmediato, y por eso se la pasó en el poker room del barco los últimos días que pudo. Vivió en Japón, corrió rallies con un Peugeot 504, fue un empresario con gran visión y gran contador de anécdotas, entre otras cualidades.
Reía y hacía reír. Como cuando en una entrevista a 15 jugadores del VT Team en la desaparecida revista CardPlayer, se durmió… Ante la carcajada general, se justificó: «Y qué quieren, ¡si no me dejan decir all in!«.
Se te va a extrañar, Ranita.