El ideal de una tierra llena de oportunidades suele estar en Estados Unidos  para el imaginario de muchos, sin embargo para el jugador de poker puede que esté a unos kilómetros de distancia en las paradisíacas playas de México .

No es casualidad que muchos europeos y norteamericanos hayan elegido Playa del Carmen como un destino ideal para hacer vida como profesionales de las cartas. El hecho de poder pasar horas jugando con vista al mar, una ubicación estratégica para desplazarse a distintos torneos presenciales a nivel mundial, el bajo coste de vida o la amplitud de ofertas de juegos online o en vivo hacen que las Tierras Aztecas –o en este caso Mayas–, sean el verdadero sueño americano. 

El jugador profesional, Léo Ya 2 ecoles Lombardozzi , reciente fichaje del Team Winamax, ha escrito una entrada en el blog de la sala en la que expone todos los argumentos que lo han llevado a tomar la decisión de mudarse a las playas del Caribe para seguir su actividad en el mundo del poker.

 «Mi elección es definitiva, me uniré a Quintana Roo en abril, y esta elección sin duda marcará un punto de inflexión en mi carrera», asegura.

Como parte de su elección, destaca el clima, con una temperatura que oscila entre 28 y 33 grados durante todo el año. También el hecho de estar bordeado por el Mar Caribe para poder caminar y descubrir los fabulosos sitios mayas, como Chichén Itzá, una de las siete maravillas del mundo.

Como si fuera poco, argumenta que otro gran atractivo es el huso horario de la zona: con algunas horas de diferencia con el centro del país, puede levantarse y tener mucha actividad con los jugadores europeos y asiáticos además de toda la agenda del día para jugadores latinos. Este es un impedimento que tiene en el Viejo Continente, donde para poder aprovechar una mayor cantidad de torneos hay que quedarse hasta altas horas de la madrugada.

La cercanía con Estados Unidos también lo ha llevado a tomar la decisión. La poca distancia que hay entre ambos países y los vuelos directos que existen para poder llegar a Las Vegas, Los Ángeles o Florida pueden hacer que estos destinos en México se conviertan en «su nueva Barcelona».

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