Es bien sabido: volver de un torneo de poker con más dinero del que uno llegó es difícil. Normalmente, sólo lo consigue el diez por ciento de los jugadores, tras esquivar y dar algunos bad-beats, terminan bastante contentos y comienzan a hacer planes sobre qué harán con su merecida recompensa. Un trío de amigos logró precisamente esto, volver con algo de dinero de Bahamas pero para ellos el Bad-Beat llegó bastante tarde, cuando ya estaban en un Aeropuerto de Nassau.

Los tres jugadores habían terminado su aventura en Bahamas y se encontraban en el Aeropuerto preparados para volver a Estados Unidos cuando fueron detenidos por la policía migratoria ya que uno de ellos «se encontraba bastante nervioso». Cuando las autoridades comenzaron a interrogarlos, descubrieron que el trío llevaba consigo $9,400 dólares cada uno que no habían declarado.

Al explicar de donde había salido el dinero, dijeron que habían invertido en el torneo de un amigo en común y éstas eran las ganancias obtenidas. Sin embargo, dijeron no saber que la clausula de no llevar más de diez mil dólares por persona se aplicaba a grupos familiares y no a individuos por lo que se declararon culpables de no haber llenado las formas correspondientes.

Así pues, las autoridades migratorias decidieron confiscar el dinero, un total de $26,000 dólares, y un magistrado decidió no dar una sentencia más grave a los involucrados. «La confiscación de los fondos ya es castigo suficiente», afirmó.

Y vaya que sí.