La ilusión estaba. Porque en partidos así, la ilusión siempre está, es lo último que se pierde. En realidad funciona como un bálsamo, esa esperanza a la que aferrarse cuando uno se conoce en inferioridad, cuando se sabe que la mano viene difícil.

Por eso River soñaba: soñaba con ser campeón del mundo, con ganarle al Barcelona , con conquistar Japón , con escribir una nueva página en su rica historia. Pero es así: soñaba, en pasado, porque se chocó de frente con uno de los mejores -sino el mejor- equipos de la historia, este Barça que comanda Lionel Messi .

Neymar, SportStars de PokerStars, fue figura

Aunque ojo, porque no es sólo Messi el Barcelona: tiene al mejor del mundo, sí, pero también al mejor brasileño del mundo (el SportStars de PokerStars, Neymar ), al mejor español del mundo (Andrés Iniesta ), al mejor 5 del mundo (Sergio Buquets ) y ahora, claro, el trofeo a campeón del mundo.

El 3-0 de los culés al Millonario en la final del Mundial de Clubes fue claro. Porque River lo intentó, tuvo sus oportunidades -sobre todo en el primer tiempo- pero no las concretó. Y ante equipos así, eso se paga caro.

Así fue que en el primer tiempo, quien rompió la paridad fue el propio Messi con un gran gol tras un excelso dominio adentro del área. Un 1-0 para irse tranquilos al entretiempo. Aunque después el problema es ése: el Barça nunca se conforma, va por más.

Y fue, nomás, con Leo, con Neymar a pura gambeta y, sobre todo, con Luis Suárez , el letal goleador uruguayo que aportó los últimos dos goles que terminaron se sepultar la ilusión, ésa de la que hablábamos que fue, justamente, lo último que se perdió.

Porque pese a todo, pese a ese tres al River, justamente, el Millonario puede volverse con la frente en alta. Y Messi, Iniesta, Suárez y Neymar, seguir agrandándose cada día más.