Eran las tres de la mañana en la city porteña y Ezequiel «PaniicShow» Lebed escuchó como su hija, de apenas días, lloraba en la habitación contigua. Como buen padre que es se levantó de la cama, fue hasta ella y le hizo upa hasta que, finalmente, la niña se durmió. No fue este el caso de Ezequiel, quien al ver que no había nadie despierto para que le haga upa a él quedó despabilado y no pudo volver a consolar el sueño. Y en ese momento pensó: «¿Y si abro PokerStars?». Brill-ante, garmas.

Se sentó en la computadora, abrió el soft de la sala de la pica roja y al momento de loguearse recordó la pelada que se había pegado hace unas semanas. Al abrir el cajero, lo confirmó. Apenas 10 dólares tenía en su cuenta y tenía que optar entre sentarse a jugar cash, abrir un SNG que le llevaría más de una hora o jugarse un Spin & Go. La decisión era fácil y clara. Se registró en uno de siete dólares y los transformó en quince. Buen arranque, pero quería más. Fue al de quince y abracadabra, eran treinta. «Debería irme a dormir, pero con esta racha…». Los treinta se convirtieron en U$120 y con eso se registro en uno de cien. La rueda giró y al detenerse las luces de colores y los sonidos estrofodélicos (palabra inventada para la ocasión) lo confundieron. ¿Qué sucedía?

El Spin comenzó y Lebed todavía seguía aturdido. No sabía lo que pasaba. Estaba jugando al poker, tenía 500 fichas y sus rivales, «PSCPRODIGY» y «Hartor», también. Los nicks le hicieron ruido, pero al darse cuenta de que estaba jugando por un premio de US$300.000 su mente quedó en blanco. Absolutamente en blanco. Recién volvió en si cuando el famoso ruidito de «es tu turno» le avisó que le tocaba jugar. Las manos le temblaban, la frente le sudaba y las olas y el viento, sucundum, sucundum, y el frío del mar…

La situación no era sencilla. Apenas habían pasado 42 segundos del HyperTurbo y el argentino ya sabía que se enfrentaba ante dos monstruos que lo superaban ampliamente desde lo técnico y táctico. La estrategia era muy clara: había que ligar. Pasadas algunas manos Ezequiel levantó Q 4 y las clavó. Para su sorpresa, «Hartor» dio call y bajó dominando con Q 5. El flop trajo A K 10 y todo estaba encaminado para el chop, pero cuando el turn y el river trajeron el 3 2 Lebed parecía un personaje de «Intensamente». O, mejor dicho, todos los personajes juntos.

Pocas manos después «PSCPRODIGY», conocido en la vida real como Patrick Crivell , se hizo acreedor de los US$300.000. El argentino cerró su computadora, no sin antes darle otro vistazo a su cajero que ahora mostraba un saldo de US$30.023, y se dirigió a su cama. Durante horas trató de poder volver al mundo de los sueños, mas le fue imposible. Su cabeza seguía pensando en esos US$300.000, mientras que su estomago estaba revuelto en una mezcla de ansiedad y frustración.

Finalmente se durmió y al despertar se dio cuenta que la vida es bella: un lindo día de sol, una hermosa familia y un nuevo bankroll para destruir las mesas de PokerStars. O que las mesas se le partan en la cabeza. Lo que suceda primero.