¿Qué es lo primero que se te viene a la mente cuando escuchas la palabra «abuela»? ¿Comida casera? ¿Sabios consejos? Ahora… ¿Qué sucede si en realidad lo que te dicen es «hay una abuela en la mesa»? ¿Dinero fácil? Pues, quizás, después de ver esto, cambies de opinión y pienses dos veces antes de tomar un asiento a su derecha. Que la historia que te contaremos a continuación te sirva de advertencia.

El mentalista Darren Brown escogió a Anne para prepararla como su discípulo. ¿Quién es ella? Una dulce octagenaria que jamás en su vida había jugado al poker. Tenía una semana para enseñarle todo lo que sabe y dejarla lista para una partida contra jugadores profesionales como Neil Channing . Un sit n’ go 6-max con premios para el primer y segundo lugar, algo que los comentaristas catalogaron de «imposible» para la abuela. «Me sorprendería si dura más de 10 minutos…», dijeron. Y cómo se equivocaron.

Anne les dio para que tengan y para que se lleven a casa, eliminando a dos rivales con excelentes reads y perdiendo en el heads-up con un badbeatazo. Estuvo a sólo dos cartas de ganar, cuando apenas una semana antes no sabía ni siquiera levantar las cartas. ¿Se imaginan cómo estará jugando ahora, no?

¡Nadie se atreva, a bluffear a mi abuela. Porque mi abuela… ¡Es lo más grande que hay!