De seguro que John Hesp  no será recordado como uno de los mejores o más exitosos jugadores de la historia, pero si como un excéntrico que llegó a la mesa final del Main Event de la WSOP y quedó en la memoria de todos nosotros.

John Hesp se convirtió en uno de los jugadores más queridos de la WSOP.

Es que Hesp se parece a todos nosotros. Una persona que ama el poker, e independiente del premio, pone todo de sí para llevarse un premio.

En el 2017 terminó en el cuarto lugar del torneo principal y dejó un legado de estilo, diversión y amabilidad.

A pesar de que Hollywood quiere hacer una película sobre él, John vive una vida tranquila alejada de los reflectores y sigue jugando poker por diversión. «Mi estilo de vida nunca ha sido extravagante o exorbitante» , dijo en una entrevista reciente con la versión en línea de Hull. Daily Mail .

No hay lujos ni excentricidades: “Ya tenía todo, incluso antes de ganar ese dinero.»  Y por «todo» no se refiere al dinero, si no a la felicidad de compartir con los suyos.

Ante la pregunta de cómo había gastado su premio de 2.6 millones de dólares respondió de forma basta precisa. “ No tuvimos vacaciones lujosas ni compramos juguetes caros: ¡ese dinero todavía está en el banco! « Añadió. «Hicimos algunos regalos familiares, cosas así, pero aparte de unas pocas libras, no gastamos nada en nosotros mismos» , concluyó hablando de él y su esposa.

“Creo que muchos otros habrían sido influenciados, pero cuando digo que nada cambió para mí, lo digo humildemente: no quiero ser arrogante. Pero ya había ganado al alcanzar los primeros 1,000: todo lo que vendría después, lo consideraba como un bono « . John explicó que su intención era seguir jugando como lo hizo desde el principio, «divertirse y disfrutar el juego» .

Y como conclusión el veterano recalcó con orgullo y nostalgia: «Yo era cualquier tipo de Bridlington, que jugó el torneo más grande del mundo por una vez.».