Algunos dicen que jugar un torneo de Limit Holdem tiene la misma emoción que ver como se seca una pared recién pintada. Sin embargo, jugadores como Daniel Negreanu esperan con ansias los eventos de Limit de las WSOP y parecen disfrutar, la mayoría de las veces, de tener sólo una parte de su stack en riesgo cada mano.

A Daniel Negreanu le gustan los eventos de Limit Holdem porque, antes de ser una súper estrella del poker, era un grinder de esa modalidad. En varias ocasiones ha dicho que fue en las partidas de Limit, en especial Holdem, en las que hizo buena parte de su bankroll y que es la modalidad con la que más cómodo se siente. Hace unos días comenzó el Limit Holdem Champioship de las WSOP y, por supuesto, Daniel fue uno de los 152 jugadores que se anotaron para participar.

La decisión parecía haber sido la mejor: Negreanu terminó como líder en fichas destacadísimo en el día uno y en su Twitter aseguró que el brazalete era suyo. Sin embargo, para el día dos, conforme las ciegas se hacían más grandes el stack de Negreanu disminuía hasta que, con sólo 27 jugadores restantes y muy cerca de la burbuja, perdió un enorme pozo en el river que lo dejó con apenas 26.000 fichas.

Al terminar la mano Daniel se transformó completamente: se levantó de su asiento y no se le ocurrió nada mejor que azotar sus audífonos contra el suelo, que por supuesto se rompieron en varios pedazos. Su tragedia, sin embargo, no terminó ahí ya que perdió sus últimas fichas teniendo full contra una escalera de color que su rival ligó en el river. Afortunadamente, esta vez Daniel sólo se levantó y salió del poker room rápidamente.

Después de esto sólo queda decir: Nunca subestimen el poder del Limit Holdem.