Una de las armas más utilizadas en el arsenal de todo jugador de poker es la apuesta de continuation, o C-bet para los amigos.

La definición de apuesta de continuación es muy simple. Es toda apuesta que intenta mantener postflop la iniciativa que hemos ganado preflop.

Se dice que lleva iniciativa preflop el último jugador que ha subido una apuesta. Ya sea por una apertura o por un 3-bet, cualquier acción preflop que provoque un call del contrario y la tirada de un flop otorga la iniciativa a su autor.

La apuesta de continuación es especialmente importante por dos razones. La primera es obvia, hay muchísimas oportunidades de efectuar una apuesta de continuación. La rutina de un jugador de poker es esperar mano, abrirla cuando nos llegue y, casi siempre, decidir si hacemos continuación o no tras el flop.

El otro aspecto a destacar es su fuerza, ya que la continuation bet es capaz por sí sola de terminar una mano. Esto se debe a que para que se dé la posibilidad de efectuar la apuesta de continuación, nuestro rival tendrá que haberse decidido por una defensa pasiva, y la mayoría de sus veces su rango no será lo suficientemente potente como para resistir una apuesta en un flop en el que ligará mano tan solo un tercio de las veces.

Entender las ventajas de la C-bet dará buenos resultados en las mesas.

La apuesta de continuación ha sufrido una gran evolución desde el boom del poker. Es posiblemente la que más haya variado, junto a la apuesta de apertura.

En los inicios, los jugadores eran muy reacios a apostar sin mano. Los faroles eran escasos y se reservaban para botes que merecieran una atención especial. La continuation bet era señal de mucha fuerza, acentuada por el hecho de que su tamaño solía ser del bote o superior. Casi nunca menos de tres cuartos de bote.

La primera gran evolución en este tipo de apuesta se produjo cuando se empezó a usar de farol para ganar botes pequeños. El tamaño seguía siendo considerable, así que tampoco se extendió su uso en demasía, pero sí que se empezó a aprovechar que su porcentaje de éxito solía ser enorme. Jugadores como Doyle Brunson  hicieron famoso este acercamiento a la teoría postflop.

Cuando se empezaron a estudiar a fondo las matemáticas del poker, y se empezaron a utilizar fórmulas que ya hemos estudiado en esta sección de estrategia para novatos, como el porcentaje medio de éxito y el EV; la teoría tendió a reducir el dinero o las fichas que se arriesgaban en cada continuación y a aumentar su frecuencia.

En el juego shortstack de finales de los 2000, había estrategias que abogaban por porcentajes enormes de continuación, usando tamaños de entre medio bote y tres cuartos.

Igual que se ha estudiado el uso ofensivo de la continuation bet, también se han elaborado estrategias defensivas. La más efectiva contra los shortstacks era negar su uso mediante las resubidas. Acabar el juego preflop. Pero pronto se empezó a propagar el uso de la continuación a las mesas deep y apareció el concepto de “flotar”, que es pagar la continuación más a menudo para estropear el porcentaje medio de éxito del agresor, aprovechar la debilidad de un rango que apuesta en el flop muchas más veces de las que liga y obligar al rival a tomar decisiones más costosas en turn y river.

La versión moderna de las continuaciones se originó en los torneos, donde el ICM le otorga tal valor a las fichas en determinadas fases del juego que las continuaciones de un tercio o incluso un cuarto de bote resultan igual de efectivas que otras apuestas más arriesgadas. Además es una manera de lidiar con las defensas pasivas y los jugadores que flotan el flop.

En cash, esta manera de usar la continuación se ha adoptado aún más recientemente, pero ya es casi norma. Incluso un formato como el PLO, donde la apuesta del bote ha sido canónica durante décadas, se ha empezado a utilizar tamaños más reducidos de apuesta.

En una próxima columna de estrategia discutiremos cuáles son los factores a tener en cuenta a la hora de hacer una apuesta de continuación y también otras tácticas con las que enriquecer nuestro arsenal a la hora de mantener la iniciativa en la mano.

Por: Antonio Romero para la escuela de poker Drawing Dead.