Amado y odiado por muchos, el straddle forma parte de la vida de un jugador de cash game casi desde que se inventó el mismo poker, sobre todo el Texas Hold’em, y lo cierto es que existen algunos aspectos de esta dinámica que vale la pena evaluar.
Es muy probable que los grinders online jamás hayan escuchado hablar de él ya que es una práctica reservada sólo para la acción en vivo. No es más que una tercera apuesta que puede hacer cualquier jugador, que no esté en los blinds, en la que se coloca el doble del valor de la ciega grande antes de ver las cartas.
Quienes suelen ejecutar el straddle son tachados inmediatamente de jugadores agresivos o que se quieren robar las ciegas, y la principal razón para hacer este movimiento se le atribuye a que aporta un mayor dinamismo en la mesa pero… ¿Realmente es rentable?
Algunos profesionales de la modalidad de cash games aseguran que este movimiento es un EV especialmente malo en No Limit Hold’em, ya que la mayoría de las manos se retiran antes del flop. Invertir más en ciegas generará pérdidas a largo plazo en esta variante.
Por otro lado, hay quienes aseguran que esta tercera ciega adicional aumenta el bote, animando a más jugadores a probar suerte con manos marginales. También, quien suele hacer dicha apuesta se convierte en la última persona en actuar antes del flop, lo que te brinda información adicional sobre las manos de los demás oponentes.
Otro de los aspectos negativos que subrayan algunos es el hecho de que al incentivar a más jugadores a invoucrarse en un bote con un straddle, las manos fuertes pre-flop a menudo pierden parte de su valor.
Aunque son muchos los que suelen hacer este movimiento más por costumbre que por argumentos lógicos, hay que entender que cuando existe esta tercera apuesta en mesa, la dinámica de juego en esa mano cambia por completo y hay que saber adaptarse a ella.
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