Por Daniel Negreanu
A veces sucederá que te darás cuenta de que tu oponente te está ganando, pero igualmente pagarás.
A mí me ocurrió en el Campeonato Nacional de Heads-up en el año 2006, con mi gran amiga la jugadora profesional Evelyn Ng.
Evelyn NG
Evelyn me hizo un raise a $1.200 preflop, y pagué con J 9. El flop fue J 4 3, yo checkeé y ella apostó $1.600. Ella venía ganando el encuentro y sólo me quedaban $12.600 en fichas.
Finalmente, después de pensarlo mucho, decidí ir all-in rezando para que mi par de Jotas ganara, y ella terminó foldeando su 7 4.
Pareció que tomaba la decisión correcta. Después de todo, yo tenía un par de Jotas y ella sólo un par de cuatros, pero en el poker, y espero que logres aprender esto de mis indicaciones, la fuerza de una mano no es todo lo que importa.
Primero, miremos las odds de su mano contra la mía.
Como podía conectar un 4, un 7 o un diamante para ganar el pozo, su mano era favorita por el 51%.
Las únicas manos contra las que no sería favorita eran un par doble o un trío, ya que hasta frente a tres Jotas se llevaría el pozo el 30% de las veces.
Pero eso no es lo único que ella debía tener en cuenta.
Evelyn enfrentaba una apuesta de $11.000, pero en realidad debía arriesgar ese dinero para ganar $16.500, ya que se le sumaba lo puesto en el preflop, y lo que ella arriesgó en el postflop.
Aunque sus chances para llevarse el pozo estaban empatadas con las mías, las odds eran de 3-a-2 ($16.600 / $11.000).
Por otro lado, ella debería haber barajado la oportunidad de darle fin al partido.
Algunos proyectos son tan poderosos, que pueden ser favoritos.
Por ejemplo, si tienes 5 6 y el flop es 6 7 8, las estadísticas estarán de tu lado, ¡aún contra A-A! Ganarías el 64% de las veces.
Existe una regla para conocer tus chances: si hay 13 cartas que mejoran tu mano postflop, entonces estás perdiendo por muy poco.
Ahora, si son catorce, tienes un 50% de probabilidades de llevarte el pozo.
Veamos un ejemplo que analizamos hace poco:
Cartas del jugador A: 7 8
Cartas del jugador B: Q 2
Flop: Q 7 3
El competidor A tiene 13 posibles cartas que empujarán su juego (8 tréboles, 2 sietes y 3 ochos). Ganará el 47% de las veces.
Si cambiamos el 2 del jugador B, por el 2, A pasa a ser favorito con un 50,1% de posibilidades de éxito. Incluso en un panorama más seductor, en el que el jugador A tuvo quince outs, sería favorito más del 56% de las veces. No necesitas un doctorado en matemáticas para jugar al poker, pero te servirá recordar estas odds.
Este conocimiento es importante cuando juegas torneos de No Limit Hold’em.
Un ejemplo extremo: alguien se ha jugado all-in y estás en la ciega grande con 3-2 off-suit.
Sabes que tu oponente te está ganando, pero eso no significa que debas foldear. Primero calcula las odds del pozo (pot-odds), luego, evalúa tus oportunidades de ganar contando tus outs.
Veamos un último ejemplo.
Tienes $400 en la ciega grande, y un rival se juega all-in por $700. Es obvio que enfrentas una apuesta de $300 y que estarías arriesgando esta suma para ganar $1.300 (incluyendo a la ciega chica).
Esas son odds de 4-a-1, demasiado favorables.
Aunque tu oponente tenga algo como A-K, con un poco de suerte te llevarás el pozo el 34% de las veces.
No ganarás al poker tan solo con buenas manos, para subir de nivel necesitas cambiar tu forma de pensar el juego: enfócate en lo que te digan las pot odds.
Extracto de La Sabiduría del Hold’em Poker Para Todos
Ed. PensarPoker – 2014