Inicio > No me merezco ganar: cómo silenciar esa voz interior que te sabotea

Por Alejandro Catzman, coach ontológico

Todos tenemos una voz interior. A veces nos anima, nos impulsa, nos da confianza. Pero otras veces… nos sabotea. Esa es la voz que tenemos que acallar. Se disfraza de realismo, prudencia o autocrítica, pero en realidad lo que hace es frenarte, limitarte y llenarte de dudas.

Esa voz no nace sola: se construye a partir de experiencias pasadas, creencias heredadas o algún comentario que nos haya marcado.

¿De dónde viene esta sensación de no merecer?

“No me merezco ganar” bajo una apariencia de humildad, esta frase esconde creencias limitantes que pueden llegar a sabotear tus anhelos.

Merecer es reconocer nuestro propio valor y permitirnos reconocer nuestros logros sin sentir culpa ni vergüenza. Muchas veces, el merecimiento está ligado a nuestras creencias más profundas, aquellas que provienen de nuestra infancia, nuestros padres o abuelos nos la han inculcado, ya sea por medio de la palabra o por medio de sus acciones.

Si tienes la imagen de tu padre llegando a la casa por las noches, agotado, luego de una larga y extenuante jornada laboral, es muy probable que tengas la creencia que el trabajo tiene que ser esforzado.

¿Cómo te sentirías trabajando desde la comodidad de tu oficina, con aire acondicionado, haciendo una tarea que te apasiona y ganando en un día lo que a tu padre lograba ganar en un año? ¿Te sentirías merecedor del éxito?

Sea cual sea el origen, el efecto es el mismo: cuando creemos que no merecemos ganar, actuamos como si el éxito fuera algo que no nos pertenece. Incluso aunque nos esforcemos, algo en nuestra forma de actuar, de decidir o de relacionarnos termina alejándonos del logro que deseamos.

¿Cuáles son los pasos para reformular esta creencia?

1) Identificarla y hacerla consciente

Esta creencia puede tomar formas muy sutiles, y es por ello que tenemos que poner especial atención a algunas de nuestras actitudes como por ejemplo:

  • Postergar acciones importantes
  • Minimizar nuestros logros y atribuir los mismos a la “suerte”
  • Sentirnos incómodos cuando nos felicitan

2) Analizar cuáles son nuestras emociones cuando estas creencias aparecen. Por ejemplo podemos preguntarnos

  • ¿Qué siento cuándo estoy a punto de lograr algo importante?
  • ¿Qué pensamientos surgen cuando imagino tener éxito?
  • ¿En qué momentos me exijo de más?

3) Una vez que hemos haz hecho consciente la creencia y reconocido tu patrón de conducta puedes reformularla con estos ejercicios

  • Reescribir la historia personal: en lugar de enfocarte en las veces que no eras suficiente, haz una lista de momentos en que lograste algo gracias a tu esfuerzo y reconoce tus logros
  • Visualiza el éxito como un espacio seguro: en ocasiones, tememos inconscientemente que el éxito nos haga perder amistades o que la gente nos tendrá envidia y no nos querrá más, es por ello que tenemos que visualizar el éxito como algo que nos fortalece y que nos conectará aún más con nosotros y con los demás.
  • Aceptar el reconocimiento: Cuando alguien nos felicite y reconozca nuestros logros, en lugar de restarle importancia, agradezcamos.
    Conclusión

Merecer ganar no es un privilegio reservado para unos pocos

Es una apertura que cada uno puede construir dentro de sí mismo. Espero que este artículo te haya ayudado para reconocer honestamente el valor que aportas al mundo y con ello puedas silenciar la voz interior que te sabotea.

¿Quieres enterarte primero de todo lo que sucede en el mundo del poker? CodigoPoker te brinda la mejor información minuto a minuto en tu social media. Síguenos en X, Facebook, Instagram, Youtube o Twitch

Notas relacionadas

Noticias TOP 3