CAP Rosario: Oscar Groch lideró el Día 1A del Main Event
La primera sesión inicial registró 217 entradas de US$500 y terminó con 33 clasificados al Día 2. Por ahora el pozo está en US$88.970 y este sábado se juega el Día 1B.
Por Alejandro Catzman, coach ontológico
Todos tenemos una voz interior. A veces nos anima, nos impulsa, nos da confianza. Pero otras veces… nos sabotea. Esa es la voz que tenemos que acallar. Se disfraza de realismo, prudencia o autocrítica, pero en realidad lo que hace es frenarte, limitarte y llenarte de dudas.
Esa voz no nace sola: se construye a partir de experiencias pasadas, creencias heredadas o algún comentario que nos haya marcado.
“No me merezco ganar” bajo una apariencia de humildad, esta frase esconde creencias limitantes que pueden llegar a sabotear tus anhelos.
Merecer es reconocer nuestro propio valor y permitirnos reconocer nuestros logros sin sentir culpa ni vergüenza. Muchas veces, el merecimiento está ligado a nuestras creencias más profundas, aquellas que provienen de nuestra infancia, nuestros padres o abuelos nos la han inculcado, ya sea por medio de la palabra o por medio de sus acciones.
Si tienes la imagen de tu padre llegando a la casa por las noches, agotado, luego de una larga y extenuante jornada laboral, es muy probable que tengas la creencia que el trabajo tiene que ser esforzado.
¿Cómo te sentirías trabajando desde la comodidad de tu oficina, con aire acondicionado, haciendo una tarea que te apasiona y ganando en un día lo que a tu padre lograba ganar en un año? ¿Te sentirías merecedor del éxito?
Sea cual sea el origen, el efecto es el mismo: cuando creemos que no merecemos ganar, actuamos como si el éxito fuera algo que no nos pertenece. Incluso aunque nos esforcemos, algo en nuestra forma de actuar, de decidir o de relacionarnos termina alejándonos del logro que deseamos.
Esta creencia puede tomar formas muy sutiles, y es por ello que tenemos que poner especial atención a algunas de nuestras actitudes como por ejemplo:
Es una apertura que cada uno puede construir dentro de sí mismo. Espero que este artículo te haya ayudado para reconocer honestamente el valor que aportas al mundo y con ello puedas silenciar la voz interior que te sabotea.