Inicio > Ocelot vs. Zuchongzhi 3.0: la guerra cuántica entre Estados Unidos y China entró en una nueva fase

Mientras el presidente Donald Trump Flag of Estados Unidos busca conmocionar al mundo con sus tarifas a las importaciones y aplicar un nuevo orden mundial, los nuevos movimientos de Amazon y China en lo que refiere a computación cuántica no hacen más que reforzar que la batalla por su dominio no es sólo científica, es geopolítica. 

Estados Unidos, de la mano de Amazon Web Services, lanzó ‘Ocelot’ en febrero del 2025, un chip cuántico diseñado para acelerar procesos imposibles de resolver por computadoras tradicionales. 

Este avance se integra directamente en la nube de AWS, lo que significa que los desarrolladores y científicos del mundo pueden acceder a su poder desde cualquier lugar. No se trata solo de un chip: es un paso estratégico en la carrera por la supremacía cuántica.

Del otro lado del mapa, China no se queda atrás. El país asiático presentó su nuevo superordenador cuántico Zuchongzhi 3.0, una evolución radical respecto a sus versiones anteriores. Con capacidades que prometen «arrasar el mercado», este equipo refleja el impulso del gobierno chino por liderar el segmento cuántico y consolidarse como potencia científica global.

Ambos lanzamientos marcan un punto de inflexión: mientras Amazon apuesta por la democratización de la computación cuántica vía la nube, China refuerza su estrategia de infraestructura soberana, buscando mantener el control interno sobre una tecnología que definirá el futuro.

Ocelot, el chip cuántico de Amazon que apunta al futuro

Desarrollado en colaboración con el equipo de AWS Center for Quantum Computing, Ocelot utiliza cúbits superconductores para realizar cálculos a temperaturas cercanas al cero absoluto.

Su principal ventaja es la escalabilidad: se espera que sirva de base para futuros sistemas más potentes, accesibles vía Amazon Braket, la plataforma cuántica de la nube.

Zuchongzhi 3.0, el orgullo cuántico chino

Construido por un consorcio de investigadores chinos, Zuchongzhi 3.0 representa la apuesta de Beijing por independizarse tecnológicamente de occidente. Su potencia reside en la alta fidelidad y el número de cúbits interconectados, lo que lo convierte en un rival directo de los chips desarrollados por Google, IBM o Amazon.

Se trata de un procesador cuántico superconductor de 105 qubits que, según un equipo de investigación chino, logró resolver en cuestión de segundos un problema que la supercomputadora más poderosa del mundo tardaría aproximadamente 6.400 millones de años en replicar. Esta hazaña no solo marca un hito técnico: es una declaración de poder.

Con esta arquitectura avanzada, China busca dejar en claro que no solo compite con Occidente, sino que puede superarlo. Zuchongzhi 3.0 no es solo un logro académico, es una pieza clave en el tablero geopolítico, capaz de acelerar investigaciones científicas, potenciar inteligencia artificial o romper cifrados, consolidando su influencia tecnológica a nivel global.

La computación cuántica no es solo un tema académico que se dirime en las Universidades. Su poder para resolver problemas en segundos que llevarían siglos a una PC tradicional tiene implicaciones en criptografía, inteligencia artificial, finanzas, medicina y defensa. El país que logre dominarla no solo tendrá una ventaja técnica: podría redibujar el tablero global.

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