TV SHOW
El Hustler Casino Live estrenó un canal de poker 24/7
El lanzamiento incluye episodios ininterrumpidos, contenido exclusivo y un show mensual con celebridades.
El mundo del poker ha sido testigo de momentos inolvidables pero pocos tan impactantes como el badbeat sufrido por Connor Drinan en 2014 y más recientemente el que padeció Linus Loeliger . Estos dos episodios, separados por años y circunstancias, se destacan por la increíble mala suerte y las enormes sumas de dinero en juego, dignos de repasar en esta nueva edición de los Viernes Freak.
En el 2014, por estas fechas, el poker hizo historia con el torneo Big One for One Drop con un buy-in de un millón de dólares. Este evento, destinado a recaudar fondos para la One Drop Foundation, reunió a la élite del poker mundial. Connor Drinan , clasificado para este exclusivo evento, vio cómo su sueño se convertía en una pesadilla.
En una mano que aún resuena en el mundo del poker –y que seguramente ha contando cientos de veces–, Drinan recibió un par de Ases. Frente a él, Cary Katz , otro titán del poker, también tenía un par de Ases. Como era de esperarse, ambos jugadores terminaron all-in preflop, con un pozo que podría haber llevado a Drinan al top de los 19 jugadores restantes.
Sin embargo, el board no fue amable con Drinan. Pese a que el empate era la lógica, contra toda probabilidad Katz completó un color y dejó a Drinan fuera del torneo con una historia que se recordaría como uno de los bad beats más caros y dolorosos de la historia.
Avanzando a tiempos más recientes, diez años después, en las partidas de cash de GGPoker, otro bad beat monumental tuvo lugar hace pocas horas. En una partida con ciegas de US$200/400, el suizo Linus Loeliger y el chino Yan Wei , ambos con ases, terminaron all in preflop.
Loeliger, con una mano aparentemente sólida, sufrió un golpe devastador cuando el turn y el river favorecieron al chino, completando un color que le otorgó un bote de 390.447 dólares. La reacción fue inmediata, con los jugadores en la mesa y los espectadores en línea mostrando su asombro y compasión por Loeliger, que quedó con un stack de «apenas» 61.597 dólares.
Ambas historias, aunque diferentes en contexto y detalle, comparten la crueldad de la varianza en el poker. Para Drinan, el bad beat en el Big One for One Drop no solo le costó una fortuna, sino también una oportunidad única en su carrera. Para Loeliger, el reciente bad beat en GGPoker fue un recordatorio de la volatilidad y el drama constante que el poker puede ofrecer, incluso en partidas de cash.
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