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Consejos para derrotar al maniático de la mesa
Aprende a identificar sus patrones y convertir su estilo en una ventaja estratégica.
Gus Hansen constituye el gran oxímoron en el mundo del poker: el acertijo final por descifrar. El danés, de profesión apostador, ha hecho del juego su vida y del poker su refugio. Durante años ha sido criticado por su estilo peculiar en las mesas pero con él ha ganado más de diez millones de dólares en torneos en vivo y es el único jugador en tener en su vitrina tres títulos del WPT. Al mismo tiempo, Phil Galfond aseguró que Hansen es la razón por la cual se arman las mesas de High Stakes y podría tener razón: si no fuera por los múltiples usuarios de Guy Laliberté, Hansen sería el mayor perdedor en la historia de Full Tilt Poker con una cifra que supera los ocho millones de dólares.
Tenemos un largo y sinuoso camino por delante: apuestas deportivas, peleas de box, duelos de tenis y, no está de más decirlo, el honor de ser nombrado como uno de los cincuenta hombres más sexys en 2004. ¿Qué más se puede pedir?
Gustav Hansen nació en Copenhagen, Dinamarca, en 1974 y en su juventud decidió su profesión: apostador. Con una gran pasión por los juegos de mesa, Gus se encontró a principios de los noventa viajando con un grupo de amigo mientras disputaban partidas de Backgammon. Este juego, además del poker, ha sido la gran pasión de Hansen durante toda su vida y ha ganado grandes sumas de dinero gracias a él.
En el backgammon, como en el poker, es imposible a ciencia cierta establecer quién es el mejor jugador del mundo. Casi siempre, esta decisión será atravesada por gustos o preferencias personales pero en el backgammon la decisión es más democrática: cada año los mejores jugadores votan por aquel que piensan que debe liderar el ranking y a partir de ahí se crea la lista de los mejores 32 jugadores de backgammon.
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Hansen nunca ha logrado estar en el Top 10. Ni siquiera en el Top 20 pero sus habilidades le han permitido formar parte de esa lista en varias ocasiones no ha dudado en priorizar una partida de backgammon a una partida o torneo de poker. En 2010, Hansen había clasificado al día dos del High Roller en el EPT de Monte Carlo pero nunca se presentó a jugar y su stack fue consumido por las ciegas. «Creo que soy uno de los pocos jugadores que pueden anotarse al High roller y no jugar el día dos por preferir una partida High Stakes de backgammon», dijo al respecto.
Los rumores, que nunca se pudieron confirmar, aseguraban que Hansen se encontraba disputando una partida privada con un millonario ruso y el premio podía ascender nada menos que a dos millones de euros. Una oportunidad que no podía dejar pasar.
Pareciera que mucho tiempo habría pasado desde que Hansen comenzó su carrera como jugador hasta la actualidad en el que es una de las personas que más vaivenes económicos tiene. Sin embargo, desde el principio, cuando formaba parte de su grupo de backgammon, era el que tenía oscilaciones millonarias y, de hecho, el único que sigue teniendo a las apuestas como medio de vida. A pesar de sus altibajos, Gus siempre se mantenía en positivo y su primer bankroll para el poker fue creado de forma integra gracias a las partidas de backgammon.
A finales de la década de los noventa, Hansen dejó Europa con destino a Las Vegas para probarse como jugador de poker.
El inicio de Hansen en el poker sería uno de los más extraños, si es cierto lo que él contó en alguna ocasión. Como todo en su vida, Gus no siguió el camino trazado por el resto de los mortales: no escaló los niveles ni leyó libros hasta llegar a lo más alto. Hansen era mejor que eso: con el dinero acumulado, llegó a Las Vegas y su primera experiencia con el poker, tras apenas aprender las reglas y las cosas básicas, fue en una partida de $300/$600.
«No pasa muy a menudo, que alguien aterricé en la partida más alta tras apenas aprender las reglas», explicó Hansen, «Y esta de una de las razones por las cuales mi pensamiento no es nada ortodoxo». El pensamiento. La manera en que Hansen piensa y juega las manos. La razón fundamental de todas las críticas que se le realizan a su juego.
[do action=»epigrafe» epigrafe=»Hansen en la cima del mundo. Una escena que se repitió en varias ocasiones» medida=»t560px» align=»centrado»/]
¿Conoce el gran danés las opiniones vertidas a su alrededor? Por supuesto que sí. Pero, al contrario de afectarle, se lo toma con filosofía. Asegura que le hace trabajar más duro en su juego con el objetivo de demostrar a sus detractores, que no son tantos como sus fanáticos, que están equivocados. «Soy uno de los pocos que no han aprendido nada de un libro», aseguró, «Y es justo llamar a mi estilo… interesante».
Pero para tener críticas primero tuvieron que llegar los triunfos. Y Hansen los tuvo a lo grande: Cuando el World Poker Tour estaba dando sus pasos iniciales en Estados Unidos y las audiencias de las emisiones eran altísimas, Gus ganó tres eventos del WPT y es, hasta el momento, el único jugador que ostenta tres títulos del circuito.
Su primer triunfo fue en el WPT Five Diamond Poker Classic por medio millón de dólares y pocos meses después repetía la hazaña en el WPT L.A Poker Classic por la misma cifra. En enero de 2004 levantaba el trofeo del WPT Caribbean Adventure por $455.000 dólares y en ese momento su nombre ya estaba en la mente de todos los jugadores de poker del mundo, profesionales y aficionados. Había un danés loco destrozando los torneos: denle dos cartas cualquiera y puede ganar el pozo.
La reacción de un joven Antonio Esfandiari ante el call de Hansen ejemplifica perfecto las reacciones ante el poco ortodoxo juego del danés. «Se volvió loco», exclama en un momento. No, no se volvió loco. Siempre estuvo así. Desde su primera victoria en el WPT, Gus levantó un trofeo en diecisiete ocasiones más y en cada ocasión dio muestras de su sangre gambler que, dentro de todo, parecía funcionarle muy bien pues, en la actualidad, tiene ganancias en torneos por once millones de dólares.
Con sus primeras victorias en el WPT y el boom del poker online, Gus encontró rápidamente un lugar para invertir sus ganancias. En 2003 fundó la sala de poker online PokerChamps.com y dos años más tarde la vendió por quince millones de dólares a Betfair. Un negocio redondo. Ese mismo año protagonizó un DVD titulado «Texas Holdem: Estrategias avanzadas con Gus Hansen» pero la gran sorpresa llegó en 2008 cuando lanzó el libro: Every Hand Revealed.
La vida tiene un gran sentido del humor. El hombre que clamó a los cuatro vientos jamás haber leído un libro de estrategia pokeril, que desorientaba a sus rivales con sus jugadas rocambolescas, se animaba a pisar el mercado editorial. El libro era sencillo: se trataba de una narración mano por mano del Main Event del Aussie Millions, un evento que Hansen ganó en enero de 2007.
A Hansen le gustan los números y las estadísticas. Sabe, por ejemplo, que desde que apareció por primera vez en Full Tilt Poker, allá por el 2006, ha sido el jugador que más manos ha disputado en la sala en High Stakes. La cifra es nada menos que 1.2 millones de manos. Esos son más de 20.000 sesiones en siete años.
Pero si los torneos en vivo han sido amables y prolíficos para Hansen, en las mesas de cash online la historia ha sido muy diferente. Son un animal completamente distinto. En toda su carrera haciendo clicks en FTP, Hansen ha perdido $8.8 millones de dólares y, sin contar a Guy Laliberté que con tres usuarios distintos tiene un déficit de quince millones de dólares, es el jugador que más dinero ha derrochado en las mesas virtuales.
[do action=»epigrafe» epigrafe=»Perdiendo plata, siete dólares por mano» medida=»t560px» align=»centrado»/]
«La cifra es correcta», dijo Hansen alguna vez, «Es una cifra grande. Muy grande». Cualquiera diría que Hansen tendría la capacidad de darse cuenta que su habilidad en PL Omaha no es la misma que en otras modalidades y tendría que pensar en dejarlo. Pero no es así. «Obviamente sería muy estúpido no escuchar lo que los números te están diciendo», explicó, «Pero Omaha es un juego muy peculiar y habrá muchas altas y bajas y no es descabellado pensar que un upswing esté a la vuelta de la esquina».
Hansen siguió intentando y, de hecho, su predicción fue acertada. Entre diciembre de 2010 y mayo de 2011, poco antes del Black Friday, Gus encabezaba la lista de ganadores en los High Stakes con poco más de cinco millones de beneficios y parecía sólo cuestión de tiempo para que encontrara la salida del largo y oscuro túnel en el que él mismo había entrado años antes. «Había arreglado algunas cosas de mi juego y estaba jugando bien y teniendo suerte», afirmó.
Entonces llegó el Black Friday y la posterior desaparición de Full Tilt Poker. Gus Hansen, sorprendido por los hechos, reveló que tenía $2.5 millones de dólares atrapados en la sala y durante un año decidió alejarse de las mesas de poker y tratar de disfrutar la vida. Nunca fue una cuestión de dinero y eso se ha asegurado de aclararlo en múltiples ocasiones. A pesar de las cifras que a cualquiera alarmarían, Hansen asegura tener estabilidad económica: «Todavía estoy aquí, juego High Stakes y no me banca nadie. Eso significa que estoy bien».
Esta es la primera parte del perfil de Gus Hansen. La segunda y última parte se publicará el próximo lunes 8 de abril.