No todo es color de rosa en esto de ser un jugador de poker, en especial para aquellos que se toman esto como una profesión. En el mundo del poker, incluso los más grandes han tenido uno de esos momentos que han dicho «hasta aquí llego». Pues bien, en esta nueva edición de los Viernes Freak abordaremos ese tema tomando como ejemplo a uno de los más grandes, Daniel Negreanu quien comentó hace pocos días sus momentos más difíciles al inicio de su carrera pokeril, que no dejan de ser curiosos, y que lo estuvieron muy cerca de abandonar el poker.
No fue un mal paso, sino dos
En una entrevista reciente con Poker.org, KidPoker contó que estuvo muy cerca de abandonar el juego en dos ocasiones antes de cumplir los 20 años. Negreanu compartió que, a los 17, mientras jugaba en clubes privados de su ciudad natal, se encontró en una situación financiera difícil. Era miembro de dos grupos de apuestas: uno le debía US$8,000, mientras que él debía la misma cantidad a otro grupo. Sin el dinero para saldar su deuda, Negreanu consideró dejar el poker. Sin embargo, en lugar de rendirse, decidió negociar con sus acreedores: «Les dije que jugaría en el Club cinco días a la semana y les pagaría US$500 semanalmente hasta cubrir mi deuda». Este acuerdo no solo le permitió resolver su situación económica, sino que también lo ayudó a crecer como jugador y como persona, enseñándole la importancia de la responsabilidad y la perseverancia.
Sin perseverancia, dedicación y resiliencia, Negreanu jamás habría alcanzado los 7 brazaletes de la WSOP ni acumulado más de 50 millones de dólares en ganancias en torneos en vivo.
El segundo intento de abandono Negreanu
Negreanu también confesó que en otra ocasión, después de perder todo su bankroll, dejó de jugar poker durante casi un año y regresó a la escuela. Durante este tiempo, comenzó a cuestionar si realmente podría hacer carrera en el poker. Sin embargo, su pasión por el juego lo llevó de nuevo a las mesas, especialmente cuando en Ontario, su lugar de residencia, comenzaron a surgir los ‘charity casinos’. Estos eventos le ofrecieron la oportunidad de volver al juego en un entorno nuevo y emocionante, donde rápidamente comenzó a ganar US$1,000 diarios jugando limit holdem.
De actor frustrado a cientos de grandes actuaciones en las mesas
La carrera en el poker de Negreanu nació gracias a su sueño frustrado de convertirse en actor. KidPoker, incluso llegó a ser seleccionado en un papel para un show televisivo, eso sí, no logró concretarlo. Con la desilusión a flor de piel, el canadiense encontró en el billar una nueva pasión, y fue en una sala de billar en donde conoció el poker, un juego que le permitió convertirse en una leyenda.
Daniel Negreanu siempre se ha manejado bien con las cámaras.
Daniel ha demostrado su carisma en las mesas y él lo disfruta. «Más que un actor, me siento como un entertainer», afirma. Su comodidad frente a las cámaras le ha dado una ventaja sobre sus oponentes, convirtiéndolo en una de las figuras más queridas y respetadas del mundo del poker.