BSOP Costa do Sauípe: así abrirá la temporada del mejor circuito brasileño
La primera etapa del año empieza en sólo dos semanas y esto es todo lo que se debe saber.
A primera vista, el poker puede parecer una actividad muy atractiva y lucrativa, de hecho, son los principales motivos por los cuales las personas se acercan a este juego, sin embargo con el paso del tiempo los jugadores se dan cuenta que necesitan más que dominar las estrategias para convertirla en una profesión rentable.
Aunque existen muchos tipos de jugadores y maneras de jugar, pues en el poker no hay una única acción correcta, hay algunas características o habilidades que todo aquel aspirante a profesional debería poner en práctica e incluso trabajarlas y mejorarlas fuera de las mesas.
La competencia es uno de los pilares de este juego, de hecho es el principal, se podría decir que el objetivo último es hacerse con las fichas del rival. Además de la competencia contra el adversario, existe otra, la interna, que lleva al jugador a lidiar con sus emociones y pensamientos en todo momento: antes, durante y después de una sesión o torneo. Aquí tres habilidades que se deben tener en cuenta para tener más éxito.
El ideal de jugador de poker, para algunos, es aquel que le gusta hablar de más, intimidar y ejecutar cientos de faroles. Aunque esta puede ser una estrategia de juego válida, siempre se debe respetar y buscar la armonía del ecosistema. Los jugadores son presa de su ego y eso los hace actuar de una forma errada y hasta conflictiva, bien sea porque ganaron mucho o perdieron de forma inesperada, los insultos y atropellos se pueden hacer presente, afectando la experiencia de juego de todos.
Una vez más, el ego representa un papel fundamental en el juego. Para algunos jugadores es inaceptables perder una mano, mucho menos si es contra algún rival que consideran inferior. La sensación de ser humillados en una mesa, puede llevar a pagar de más en situaciones donde hay que tirar las cartas o buscar hacer una apuesta incorrecta por miedo a que una mala jugada quede expuesta.
Este tal vez sea el principal apartado que tiene que desarrollar cualquier persona que pretende llegar a ser profesional. Tener ciertas rutinas o costumbres a la hora de jugar y también fuera de las mesas, son fundamentales para mejorar como jugadores. No estudiar manos, beber mientras se juga, salir de fiesta la noche previa de un torneo o estar pendiente del las redes sociales durante una sesión son algunos de los malos hábitos más comunes que impactan de manera negativa en los resultados.