«Angle shooting»: la acusación que desató polémica en la mesa final del EPT Montecarlo
El campeón hizo una apuesta «incorrecta» cuando quedaban pocos jugadores y Jamil Wakil lo tomó como «angle shooting».
Adrián Mateos en el poker ha construido una trayectoria que combina talento, sacrificio y una mentalidad fuera de lo común. En el episodio más reciente del podcast El Patio de Satán, el madrileño mostró una versión más íntima de sí mismo, dejando atrás los trofeos y los rankings para hablar de lo que realmente cuesta llegar -y mantenerse- en la cima.
Con honestidad y humor, Mateos tocó temas como el volumen de dinero que invierte cada año, la presión constante de los torneos, su amistad con figuras como Alejandro Papo MC Lococo, y el tipo de decisiones que definen una carrera profesional. “Yo gasto millones, varios millones al año en entradas de poker. Y el 80% de las veces que jugamos un torneo, no entramos en premios”, reveló sin filtros.
A diferencia de lo que muchos imaginan, el camino al éxito no está cubierto de billetes. Mateos explicó que la rentabilidad real en el poker solo se alcanza con resultados constantes a largo plazo: “Puedes ganar cinco millones en un año, pero eso no es ganancia neta. Hay que restar todas las entradas. Es como una empresa: una cosa es facturar, otra tener beneficios”.
También dejó en claro que la mayoría de los profesionales no están patrocinados y deben costearse cada buy-in. En su caso, incluso ha jugado torneos de un millón de dólares. “He jugado tres veces el torneo de un millón. Y en uno de ellos me tocó recomprar, así que terminé igualado”, recordó entre risas.
Adrian Mateos con su brazalete
Pero no todo fue técnica o números. Mateos rememoró su farol más viral: “Quedábamos cuatro en el Campeonato de Europa y le metí un farol enorme a un noruego. Pensó diez minutos… y foldeó. Mostré las cartas en la TV. Fue épico”.
El español también habló de sus comienzos. Descubrió el poker a los 16 años y, al no poder jugar por ser menor, pasó dos años enteros estudiando libros, foros y teoría. “El día que cumplí 18 fui al casino, jugué mi primer torneo… y lo gané. Ahí empezó todo”.
Desde entonces, su carrera fue un ascenso sin freno: títulos en Madrid, traslado a Londres, explosión internacional. Hoy, Adrián Mateos en el poker es sinónimo de excelencia en las mesas.
No dejo ganar a nadie: a mí solo me divierte si juego al 100%
La entrevista también permitió conocer mejor su carácter competitivo. Mateos no negocia con la mediocridad, ni siquiera en una partida entre amigos. “No dejo ganar a nadie. Ni a mi suegro. Si juego, lo hago al 100%. Si no, no me divierte”, afirmó sin titubeos.
Esa misma actitud es la que lo llevó a enfrentarse sin complejos a jugadores como Gerard Piqué , Kevin Hart
, Neymar
y varios actores de Hollywood. “En Las Vegas he visto de todo. Una vez un tipo se subió a la mesa borracho y lo tuvieron que sacar. Pero lo normal es que los torneos grandes tengan buen nivel y jugadores centrados”.
Y entre las historias más comentadas del episodio, sobresalió su participación indirecta -pero fundamental- en uno de los títulos más resonantes de un jugador latino en 2024: el campeonato de Papo MC .
Mateos fue claro al contar que, en torneos con entradas tan altas, es común vender acciones para poder cubrir el buy-in. En el caso de Papo, él mismo movió contactos, generó confianza entre inversores y permitió que el argentino pudiera sentarse en la mesa. “Era un torneo de US$500.000. Yo conseguí gente que invirtiera en Papo porque confiaban en su juego. También puse un pequeño porcentaje. Y lo ganó. Fue perfecto para todos”.
Alejandro Lococo y Adrian Mateos son grandes amigos e incluso estuvieron juntos en la celebración del argentino cuando ganó el Triton Million.
Lejos de querer robar protagonismo, Mateos elogió al campeón argentino por su valentía en la mesa: “Papo fue muy valiente, metió mucha presión. Tiene muchos cojones. Esa fue su ventaja más grande. En torneos así, si te achicas, te comen vivo”.
Además, comentó que lo asesoró previamente con consejos estratégicos, y que su principal recomendación fue que usara su estilo agresivo como herramienta contra jugadores más conservadores. “Cuando quieres hacerlo bien, muchas veces te quedas corto. Le dije: echale pelotas. Y le salió todo redondo”.
La anécdota, poco conocida hasta ahora, muestra el respeto y la camaradería que existe entre dos mundos: el del freestyle y el del poker. Papo, que ha construido una carrera sólida en ambas disciplinas, encontró en Mateos no solo un referente, sino también un aliado.
Finalmente, Adrián habló de su gran cuenta pendiente: el Main Event de la WSOP. “Es el torneo más difícil porque solo se juega una vez al año. No hay reentradas, y son más de 8.000 personas. Pero también es el más blando, porque lo juega mucha gente amateur. Ahí está la magia”.
Con apenas 30 años, Adrián Mateos sigue sumando capítulos a una historia impresionante. Y lo hace sin perder el foco: “Siempre quiero más. Me encanta competir contra los mejores. Esa es mi motivación”.