Para Andrés Read , el Punta Cana Poker Classic será la oportunidad para medirse. El formoseño tuvo un gran 2016: un quinto puesto en el BSOP, un título en la segunda fecha del Cataratas Poker Tour y, de yapa, tiene el liderazgo del ranking del torneo anual de Casino Iguazú. Por eso sueña en grande para lo que será el festival en el Meliá Caribe Tropical de República Dominicana : «Ganarlo sería la frutilla del postre de este gran año», cuenta.
Read, campeón en Casino Iguazú
La ilusión de este jugador de 28 años es grande. En esta temporada nota que las cosas se le fueron dando de otra manera. «Desde que juego al poker, éste fue el mejor año. De los otros no me puedo quejar, pero sin dudas que es en el que más frutos tuve».
Además, la preparación para el PCPC la realiza, como siempre, con sus amigos: «Junto con Pachila (Maximiliano Gallardo), Juampi Franco y el Borro Martinshev (Martín Díaz) siempre estamos comentándonos manos y discutiendo, así como también nos corregimos los errores. De eso se aprende mucho», asegura quien comanda la tabla general del segundo semestre Cataratas, donde se prueba cada vez que juega.
Por otro lado, Read confesó desconocer el field de Punta Cana, aunque sabe que el evento cuenta con una buena estructura. Por eso cree que será fundamental estar preparado. «Es muy importante jugar de manera responsable, descansando y alimentándose bien. De otra manera se complica mucho en torneos que duran 10 ó 12 horas por jornada. Encararlo así cambia mucho».
Y brillando en Brasil
En tanto, sus expectativas serán conocer de qué está hecho. Se ilusiona, pero no por eso despega los pies de la tierra blanca que estará visitando del 25 al 31 de octubre, fecha en la que los grinders hablarán con cartas y fichas en su haber. «Vamos a medirnos. Intentaremos disfrutar, pero consciente de que mi idea es siempre ganar. Si bien tengo otros torneos en mente de acá a fin de año, firmo coronarme en Punta Cana. Sería cerrar un buen año«.
Finalmente, agregó que había intentado poder clasificarse vía Internet pero no lo pudo lograr. Aun así, viajará junto con dos amigos: uno que va a luchar codo a codo con él, y otro que estará aguantando los trapos desde el rail. «Se va a aburrir un poco», bromea. «No le va a quedar otra que ir a la playa».