La barba de Diego Soto es hirsuta, enmarañada, casi prehistórica, podría decirse recurriendo un poco a la ironía. Él lo sabe y lo justifica: “Yo diría más bien que es una barba rebelde. Que es como yo: no se deja domar, no se amolda a lo que el sistema pide”, dice entre risas el profesional colombiano, todavía exultante por la gran actuación que le permitió alcanzar el podio en el Octubre Millonario de Aconcagua Poker, lo que se tradujo para él en un ingreso de más de 20.000 dólares. Después de una temporada con grandes altibajos, en la que estuvo, según sus propias palabras, “en una curva descendente”, este logro se convierte en un generador de confianza para continuar avanzando en el difícil camino que eligió al optar por el poker como fuente de ingresos y estilo de vida.
No podría ser de otro modo. Diego no está para cumplirle a eso que Calamaro llamó en sus versos “los horarios esclavos”. Su vida es la de un soñador que se aferra con terquedad a la posibilidad de hacer realidad esas cosas que en el mundo ordinario suelen tener que resignarse a ser vistas como fantasías. Soto, identificado con el nick de bArbAnegrA en la sala más importante para la práctica del poker online en Latinoamérica, es también el mítico alfredito23 en los paños de PokerStars, donde ya ha registrado antecedentes tan épicos como un podio en el multitudinario Sunday Storm, en diciembre del 2014.
Tras este gran triunfo en el torneo con el que Aconcagua Poker batió récords de participación y recaudo en nuestra región, el pirata de los multimesas nos permitió una conversación bastante amena y reveladora en la que no se ahorró palabras para hablar del gran momento de los colombianos en la plataforma del nevado. De igual manera, nos dejó saber un poco más de las pasiones con las que complementa su vida como profesional del deporte mental del siglo XXI. El enigmático y desparpajado grinder antioqueño, en estado puro.
-Pasaron varios días sin tener noticias de tu desempeño en los paños. ¿Cómo venías en el tiempo reciente? ¿Cómo andaba tu curva de rendimiento?
-Mentalmente había tenido la sensación de que este año la curva había estado en descenso. Sin embargo, creo que tenía que ver más con el tema de la necesidad de retroalimentar un poco la información. Hay que trabajar duro, pero eso no quiere decir jugar 20 horas al día y dos mil torneos al mes. Lo importante realmente es ser un poco más puntual y focalizar toda la estrategia a la hora de atacar y tener un buen nicho. Los torneos multimesas siempre han sido un nicho impenetrable, agreste, muy fortuito; pero siempre llaman la atención porque es donde se mueven las mejores cifras para un jugador.
-¿Tu forma de jugar es cercana a toda esta poesía que se respira cuando hablas de poker?
-Sí, claro, efectivamente. Es un estado más que mental, corporal. Es una conexión con el tema de ver volar las cartas y meterse en el tema de que tal como vuelan las cartas, vuelan los jugadores y vuelan las fichas y vuelan los números y el dinero. En fin. Es bonito jugar.
-¿Cómo es tu vida por fuera de las mesas? Sabemos que has sido un fiel practicante del deporte de las bielas y que sueles tener grandes pedaleadas, llegando incluso a ser llamado jocosamente como “Nairoman” por tus compañeros en las mesas. ¿Cómo se combina esta actividad con el poker?
-Realmente el ejercicio siempre ha sido un compañero fiel en mis años de vida. A veces lo olvido, pero uno trata de retomar hábitos. Ejercitarse pone la mente en otro punto a la hora de analizar situaciones. La bicicleta me permite un espacio de reflexión. Es un deporte que me permite mucho contacto conmigo mismo y eso me da la oportunidad de analizarme a fondo. Además, esforzarse a veces duele, a veces es complicado. Ves que la carretera está muy empinada y piensas en bajarte de la bicicleta, pero superar esas crisis forma tu voluntad y tu carácter.
-¿A veces pasan líneas de juego por tu mente mientras pedaleas?
-Sí, claro. Finalmente la toma de decisiones va envuelta por un montón de situaciones complementarias. No se trata sólo de que el análisis de odds, o del ICM, o cualquier otro factor matemático te conduzca a actuar por sí mismo. Más que eso, hay una sensibilidad que te guía también en el momento. Muchas veces eso es importante porque hay ocasiones en las que debes saber cuándo arriesgarte o cuándo irte abajo. A veces funciona y en otras no, pero es vital tener ese ‘feeling’ y esa convicción que te acerque a una correcta decisión final, como cuando se elige la ruta correcta sobre la bicicleta.
-¿Es cierto que tú y algunos jugadores de nuestro medio notan algunas ventajas para jugar en Aconcagua Poker?
-Entre amigos, quizá siendo un poco atrevidos, sí hemos considerado que contamos con cierta favorabilidad respecto a la mayoría de los jugadores que encontramos en esta sala. Después de llevar años jugando rigurosamente en línea, uno se da cuenta de que el nivel nunca se estanca. Siempre habrá algún nicho, algún target, con menor información, que se te hace explotable en el cercano o en el largo plazo. Eso sí, la gente no se queda ignorante en el tema. Es un juego de información y quien la tiene, tiene el poder. Sin embargo, al ver que otros han podido lograr lo que ellos sueñan, seguramente muchos van a empezar a cambiar su forma de trabajo y a buscar más el conocimiento. La gran ventaja que veo ahora en Aconcagua es la alta presencia de jugadores recreacionales, que disfrutan mucho el juego, pero que aún no están a un nivel de información ideal.
-En el Octubre Millonario superaste a más de 3.600 oponentes. ¿Qué sensación te queda después de una maratón mental así?
-Es muy gratificante. No se trata del dinero. El juego ya es complejo en sí mismo, incluso contra un solo oponente, en un heads-up. La prueba de vencer a alguien que tiene esa misma aspiración de imponer su juego frente a ti, ya hace del poker un reto muy excitante. Que esa dificultad se multiplique por miles, potencia infinitamente la sensación de satisfacción al lograr el objetivo. El tema está en poder materializar el trabajo de entender la dinámica de los torneos deep. Fue un torneo con una estructura excelente. Aunque en los niveles finales de la competencia los stacks estaban muy reducidos para disputar esa definición, siempre hubo posibilidades para desenvolverme tranquilamente y avanzar.
-Hubo tres compatriotas en la mesa final, además de otros que han obtenido grandes premios en Aconcagua. ¿Qué explicación tiene este buen momento colombiano?
-Creo que finalmente, por encima de lo poco o mucho que conozca del tema de los jugadores regulares argentinos, y teniendo en cuenta que los brasileños suelen ser muy competentes y hacen la diferencia en prácticamente todos los eventos en los que participan en el plano regional, me queda la sensación de que la mayoría de los jugadores activos en Aconcagua están todavía en un enfoque recreacional del juego, sin verlo como un negocio, como sí lo consideramos muchos. Los colombianos que estamos incursionando en ArgenLive estamos viendo esa posibilidad y hemos encontrado que nuestro nivel actual se presta para competir con ellos, lo que permite ser optimista a mediano y largo plazo frente al tema de la rentabilidad del juego. También resulta favorable el hecho de encontrar dos o tres torneos bastante interesantes para competir cada día, lo que aumenta las probabilidades de llegar a un deep run en alguno de ellos. En todo momento, hay muy buen tráfico también en esta plataforma, y eso también potencia las probabilidades de ver premios significativos.
-Antes de iniciar esta entrevista comentabas que “todo lo bueno viene del sur”. Te regalo ese título para que nos hagas el cuento…
-Hace muchos años, entre las curiosidades que uno va teniendo, hicimos una práctica entre amigos del colegio con el “I Ching”, un ritual oriental que mezcla cartas con números y te entrega algo así como sentencias respecto a preguntas puntuales que hagas. Yo pregunté de qué parte de la Tierra venían mis energías, mi feeling, mi buena vibra y la respuesta para ese entonces, y hablamos de hace 14 años, fue que “las cosas buenas vienen del sur”. Y bueno, Aconcagua en este momento parece estarle dando la razón al “I Ching”.
-Pero nos estás dando rodeos. ¿Cómo viene ese tema de que en pocos meses vas a estar radicándote en Argentina?
-Esos son los planes que tengo más allá del poker, más allá de mis actividades regulares. Probablemente estaré en tierras porteñas en los próximos meses y de concretarse, sé que voy a estar muy cómodo en ese lugar, bien respaldado y con un muy buen nicho de mercado que me ofrecerá muchas probabilidades a favor.
-¿Algún mensaje de cierre para los lectores?
-Que todos son bienvenidos a participar. El poker es un juego que tiene la magia de que cualquiera puede llegar a encontrarse con el triunfo en un momento inesperado. Eso es lo que le da sentido al juego y que hace que valga la pena integrarse a la fiesta.