Hace poco más de un año, Ezequiel Waigel se hizo eco en todo el ambiente pokeril latinoamericano y mundial por un grandísimo segundo puesto en el Evento Principal del WCOOP 2018 que le permitió dar un salto de calidad.

Es verdad que este jugador de 27 años ya había pisado fuerte en la WSOP Brasil 2017, pero esa proeza en tierras paulistas quedó reducida luego de su hazaña en los paños virtuales. Y aunque muchos piensen que fue producto de la constancia que tienen los jugadores profesionales, le llegó en un momento donde tenía la cabeza puesta en un aspecto personal y no necesariamente pokeril: terminar su casa.

Hace 2 años en San Pablo, cuando fue tercero en el Evento Principal y cuando logró su primer anillo del WSOP Circuits Events.

Ahora que logró tener su techo listo, también pagó su «deuda» con CodigoPoker, que lo venía buscando por cielo y tierra, y nos recibió en su nuevo hogar, como no podía ser de otra manera, y en donde ya piensa volver a dar otro (nuevo) gran zarpazo.

«Te puedo asegurar que muy pocos, hasta antes de la WCOOP, sabían cómo me estaba yendo. No estaba pasando mi mejor momento en el poker y había empezado a construir mi casa. Es más, estaba con un poco de incertidumbre, jugando fuera de banca y vendiendo porcentaje en los torneos. Así estuve hasta que cayó esto como un regalo del cielo», grafica.

«Por eso, y porque ya tenía planes con mi mujer, no quería jugar ese torneo», continúa con lo que, con el diario del lunes, podría ser un relato insólito. «Pero un amigo me escribió y me preguntó si iba a jugar el Evento Principal. Cuando le conté mi idea, me insistió para que lo jugara porque podía tener mucha ventaja, ya que había jugadores que habían llegado hasta ahí por Spin & Go’s y por clasificatorios. Así y todo volví a decirle que no, hasta que me convenció diciendo que me compraba un porcentaje y que íbamos a medias».

El torneo de su vida

«No te voy a negar que no estaba concentrado», afirma Waigel mientras apoya toda su espalda en su cómodo asiento negro con el que, cuando no da entrevistas, pone al frente de sus dos pantallas que utiliza para el grind. «Pero no sentía que jugaba ‘el torneo de mi vida’. Quizás uno, cuando ve tantos jugadores en el field, no visualiza lo que puede ser el primer premio. Es más, los últimos dos días de competencia estuve muy tranquilo y dormí muy bien. Lo que sí, cuando quedaban pocos, sabía contra quiénes jugaba y ellos no me conocían. Eso me sirvió para tener ventaja a la hora de tomar mis decisiones. Me apoyaba en las placas de sharkscope para saber si estaba en un spot contra un jugador ganador».

El suizo Linus Loeliger fue uno de los duros rivales que Waigel enfrentó en el WCOOP 2018.

«Creo que un resultado tan grande no se espera. Llega porque tiene que venir. Hace algunos años ni siquiera me imaginaba vivir de esto y mucho menos tener mi casa propia. Hoy en día me parece espectacular haber conseguido todo esto».

-¿Y después del premio? ¿Qué cosas buenas conseguiste? ¿Tuviste malas experiencias?

-La verdad es que después del torneo conseguí un contrato para jugar en vivo y en línea. Pero también tuve algunos inconvenientes con gente de mi ciudad que no son allegados al poker y solamente tocaron de oído o por lo que leyeron y comenzaron a molestarme. Quizás pensaron que tenía un bolso en mi casa con un montón de plata, o algún pendrive con información importante y nada que ver. Se piensan que pueden insultar a tu familia y amenazarla y así tener algún rédito. Me pasó hasta de encontrar personas merodeando mi casa como buscando algo. Como haciéndose notar para que yo me desespere.

-¿La pasaste mal?

-Mi familia más que yo, pero pasamos ese momento juntos. Me pasó hasta de recibir llamadas de gente pidiendo que pague lo que les debía, o que les diera el premio. Señalaban y marcaban mi casa diciéndome que me iban a robar. Incluso una vez me llegó una historia que se tornó insólita y terminaba pidiéndome que les diera la plata del premio. Pero la verdad que era solamente para llamar la atención y que lograra alarmarme, nada más.

La gira europea

En los últimos meses, Waigel voló hasta el Viejo Continente en un viaje que duró algo menos de dos meses. Allí buscó resultados en diferentes paradas europeas y si bien no fueron los esperados, le sirvió para el crecimiento constante que cualquier jugador de poker debe valorar como si fuera un premiazo que llega en el vivo o en los paños virtuales.

Acá, en la WSOP de Las Vegas compartiendo mesa y charla con el español Zeros

«Tenía ganas de hacer un viaje un poco más largo y saber que podía sacarle un poco más de valor, por lo que salían los buy-ins. Entonces armé cuatro circuitos en esos 45 días que comenzaron en Barcelona y luego pasaron por Sochi , Notthingham y hasta Dublín . En Rusia e Inglaterra estuve cerca, pero en los torneos había muchos regulares. En Europa te encontrás con jugadores más estudiosos. Sobre todo en la parte occidental. En Rusia descubrís que hay jugadores que van a divertirse, por lo que no podés pasarla mal», explica con una mueca divertida que no puede ocultar.

Y más allá de que no tuvo mucho tiempo para el ocio, Ezequiel se organizó mejor para explotar el viaje de la mejor manera: «Prefería enfocarme en jugar. Elegí bien los días para hacerlo y, si en el medio busteaba, ahí salía un poco más o aprovechaba algún torneo secundario para entrar con el registro tardío. En Dublín conocí un poco más. Allí enganchamos el festejo de Saint Patrick. Me tomé dos días ahí y el último de Sochi. Además, allá estuve con un amigo que conocía un poco más el ambiente. Él me presentó a una persona que hablaba inglés y nos hizo más fácil la estadía en un lugar donde no están interesados en hacer amigos ni hablar otro idioma que no sea el ruso».

Ahora, el cierre de temporada lo tendrá en América Latina con el BSOP Millions en San Pablo y la WSOP Uruguay en Punta del Este. Pero además de viajar para lograr diferentes premios, hay algo que esconde de fondo y que lo tiene muy ansioso: «Hace poco me enteré que voy a ser papá. La idea será entonces acortar las fechas para encarar mi paternidad de la mejor manera y no perderme nada de eso. Con mi esposa queremos una nena, pero lo que venga va a ser muy lindo para todos».