Pedro Cairat llegó a Barcelona el 10 de mayo del 2016 para probar suerte. Se fue desde Buenos Aires con su novia, con la que vivió hasta hace poco más de un mes: ella se quiso volver a la Argentina y él decidió apostar por cumplir su sueño, vivir del poker. Hace dos meses que tomó la decisión y le empezó a meter en serio. Si bien juega poker online desde hace unos tres años, en este último tiempo le sumó dedicación y, sobre todo, roce. Así fue como encontró en las mesas cash del Casino Barcelona un buen reducto para desarrollarse. El mismo lugar donde este lunes ganó el evento National del Championship catalán, que resultó ser el torneo presencial más populoso de la historia de PokerStars.
El trofeo, los amigos, su hermana… Un día inolvidable
«Me vine para acá porque quería cambiar un poco de vida, estaba agobiado de la Capital», le cuenta Cairat (28 años) a CodigoPoker desde Barcelona después de haberse quedado con el título que siempre soñó y con el premio que siempre necesitó: 432.178 euros. «Hasta ahora en el poker venía perdiendo guita», explica, «pero bueno, me propuse intentar vivir de esto y la estoy luchando. Este torneo lo pegué porque me clasifiqué por 100 euros. Agarré el qualy faltando diez minutos para que terminara el registro tardío, vi que había 37 jugadores y que dos se llevaban la entrada de €1.100, y dije ‘lo juego’. Y al final lo gané».
«Jugué el Día 1A y me clasifiqué al sábado. Ese día, el 2, estuve muy jodido: antes de entrar en cobros tenía una ciega. Los niveles estaban en 6 mil/12 mil y yo tenía 15 mil fichas. En una mano terminé all-in con Q-J contra K-8, pero me voló la J y ahí empecé a levantar. Después me metí en cobros y me paré bien», sorprende Cairat al recordar cómo transitó este torneo que contó con 4.557 entradas (3.626 jugadores únicos más 931 reentradas) y un pozo de €4.420.290.
«Ese momento de estar casi eliminado lo viví un par de veces», amplía este oriundo de Pergamino que dejó su ciudad a los 17 años. «De hecho, cuando entré a la mesa final también estuve corto porque cuando quedábamos 12 tuve una mano de mierda que me dejó con 3.5 millones de puntos: éramos ocho, yo seguía con ese stack y el promedio estaba en 20 millones. Imaginate…. Me salvo una jugada contra el uruguayo Brian Kaufman en la que me juego con 10-10 y él me paga con A-Q: voló A-J-3-Q y en el river, pum, se da vuelta el 10″. Sobreviviendo…
Esa emoción única de quien acaba de cumplir su sueño
Desde que se separó, Pedro se alquiló una habitación en el barrio Gótico por 350 euros al mes. Y mientras tanto, la pelea. En la jornada definitoria, el último lunes, estuvo acompañado por su hermana, quien se fue a Cataluña este año, y también por Nacho Castex y Luciano Damico, dos amigos y jugadores que lo ayudaron bastante ya que éste era el primer torneo de su vida de estas características.
«No estaba acostumbrado a jugar tantas horas. El Día 1 duró 13 horas y a partir del segundo día a los niveles fueron de 60 minutos. Sufrí sobre todo las últimas dos horas por el cansancio mental y el estrés», cuenta quien hasta el 2015 trabajaba como administrador de empresas en Buenos Aires. «Por suerte Nacho y Luciano, sobre todo Luciano, me bancaron mucho en los cuatro días y me dieron consejos. A ellos también les debo este triunfo», agradece Pedro, quien todavía no sabe en qué invertirá el dinero pero lo que sí contempla es comenzar a seguir algún circuito en vivo por Europa.
¿Qué fue lo que más te sorprendió de un torneo así? ¿Con quiénes compartiste mesas?
-¡En un momento estuve con Martin Jacobson , el campeón del mundo en el 2014! Lo tenía al lado, yo estaba emocionado. Quedábamos unos 40 jugadores y yo le hablaba…
¿Qué le decías?
-Que era un placer estar jugando con él, que yo había estudiado su juego. Y el loco fue súper buena onda. Me dijo que era muy lindo escuchar que le digan esas cosas.
¿Durante el atentado estabas jugando?
-Sí, estaba esperando para sentarme en una mesa cash en el casino y en eso me llama mi mamá, que vive en Sitges, a unos 30 kilómetros de acá, y me contó que había ocurrido un atentado. A partir de ahí se empezó a sentir mucho movimiento en el casino, todos agarrando los celulares, y nos dijeron que no saliéramos de ahí porque la calle estaba muy revoltosa, la policía andaba buscando a los terroristas…
¿Y cómo está Barcelona ahora?
-Ufff, muy rara. Está todo lleno de policía, se siente cierta paranoia. La verdad es que fue una locura.