URUGUAY
Brian Saslavchik es el nuevo campeón de la Gran Final Millonaria
El argentino tuvo que enfrentar a su compatriota Fernando Romano en el heads-up para quedarse con el último gran torneo de la temporada del Enjoy Poker Tour.
El buen momento que viene viviendo el poker colombiano, con presencia continua de sus jugadores en los principales eventos del circuito latinoamericano y algunas descollantes figuraciones en grandes torneos internacionales, además de frecuentes cobros online, puede atribuirse en buena parte a la aparición de nuevos talentos tricolores en los paños; algo así como la consolidación de una camada reciente de estrategas de la baraja que vienen creciendo y alcanzando resultados cada vez más sorprendentes.
Felipe Espitia , jugador bogotano de 26 años, es un referente casi obligado al hablar de ese relevo generacional que viene ganando espacio en las diferentes competencias, tanto en vivo como en los paños virtuales. Con buenos cobros, clasificaciones a torneos internacionales y demostraciones de un alto nivel de juego, el Chavo Espitia, como es conocido entre amigos y compañeros de mesas, ha adquirido un reconocimiento más que merecido entre practicantes y aficionados de esta disciplina mental.
Felipe conoció el poker en los círculos universitarios, como la gran mayoría de los jugadores colombianos que actualmente se dedican de manera profesional al juego ciencia del siglo XXI: “Empecé a tomar parte en pequeñas partidas de poker en el 2009. Yo aún no iniciaba mis estudios universitarios, pero en mi tiempo libre me gustaba acompañar a mi primo Diógenes a sus jornadas en el Politécnico Gran Colombiano . Cuando tenían espacios entre clases, mi primo y sus amigos sacaban su baraja y sus fichas e iniciaban la acción. Aunque no tenía ni idea de la mecánica del juego, fui aprendiendo a medida que observaba y gracias a las explicaciones de mi primo. Desde la primera vez que los vi jugar, el poker llamó poderosamente mi atención”, rememora Espitia.
Después de familiarizarse con las reglas del juego, el ranking de manos, empezar a comprender las posiciones en la mesa y toda la dinámica que rige la acción del poker, Felipe empezó a adentrarse en su práctica, en principio de una manera muy empírica: “Llegó mi momento de ingresar a la universidad y eso me acercó mucho más al poker, pues me matriculé también en el Politécnico, donde ya conocía un poco el círculo de jugadores. En principio lo practicaba ocasionalmente, un par de días a la semana, en el tiempo libre que me dejaba la universidad. Empecé a notar que podía ganar con facilidad, que de alguna manera tenía una comprensión clara del juego por naturaleza y que eso se reflejaba en mis resultados. Pero en esas primeras experiencias, seguía viendo el poker como algo muy lúdico, solo como un entretenimiento que aparecía apenas en los espacios de ocio que me quedaban entre los deberes académicos”, continúa el grinder con su relato.
En el 2010, Felipe vivió su bautismo en las competencias del poker al empezar a tomar parte de torneos formales en diferentes clubes de Bogotá , frecuentados especialmente por estudiantes universitarios: “Ahí fui cambiando mi visión del poker, pues todo se hace muy distinto cuando el juego se practica en una mesa profesional, en un ambiente de competencia mucho más riguroso que el que había encontrado hasta entonces en los corredores de la universidad”, señala Espitia.
Torneo tras torneo, Felipe iba empezando a definir una nueva perspectiva de lo que podría llegar a significar el poker en su vida: “Inicialmente, yo no pensaba que en nuestro medio se pudiera llegar a practicar el poker a un nivel profesional. Yo veía videos, pero siempre eran competencias internacionales, como la Serie Mundial de Poker (WSOP) y el European Poker Tour (EPT), con jugadores como Daniel Negreanu , Phill Ivey , Chris Ferguson y Chris Moneymaker , algo que lucía muy lejano a lo que hasta entonces había vivido como jugador recreativo”, afirma el entrevistado.
Esa mirada del poker empezó a cambiar para Espitia cuando tuvo que suspender sus estudios universitarios en el 2012, debido a dificultades económicas: “En ese momento empecé a meterme más de lleno en este cuento. Al tener más tiempo disponible, ya jugaba a diario, todavía en los clubes universitarios. Sin embargo, ya era mucho mayor mi interés por el juego y fui viéndolo como algo más complejo, que requería estudio y preparación para la competencia. Me fui habituando a leer artículos y ver videos de poker. Todavía no tenía un método formal de estudio, ni la presencia de nadie que me asesorara en esa formación como jugador, pero la misma pasión que iba experimentando hacia el juego me condujo a tener buenos resultados, lo que me fue empujando a tomarme el poker de una manera distinta”, prosigue el bogotano.
Esos primeros éxitos motivaron a Felipe a buscar retos nuevos en los paños: “A finales del 2013 viajé por primera vez a un torneo fuera de Bogotá, en la ciudad de Tunja . En esa competencia tuve la oportunidad de conocer a varios jugadores importantes del país, entre ellos a Johann Ibáñez , quien se convirtió en una especie de mentor, puesto que él reconoció que yo tenía talento e interés por el poker y de una manera muy generosa se acercó para obsequiarme un coaching, orientado a los torneos Sit & Go. Johann era en ese momento uno de los mejores jugadores de Colombia en esa modalidad, así que tuve un excelente tutor, al que le debo gran parte de lo que he logrado en mi carrera”, reconoce Espitia.
La curva de rendimiento de Felipe fue en crecimiento y, como resulta lógico, eso lo motivó a seguir perfilándose hacia competencias más exigentes: “En 2014 viajé a Medellín para participar en una parada del Colombia Poker Tour (CPT). Ahí tuve mi primer gran resultado, pues gracias a Dios llegué al 3-handed, donde enfrenté a Carter Gill y a Javier Ríos . Llegar a esas instancias me llevó a tomarme más en serio el poker, a estudiarlo con más dedicación y concentrarme en mejorar mi juego online, manteniendo como asesor a Johann Ibáñez, de quien siempre agradezco las múltiples enseñanzas que he recibido”, señala el héroe.
Finalmente, Espitia terminaría tercero en aquel gran evento nacional, en el que Javier Ríos logró el título. Pero sería apenas el principio de una temporada que llevó sus expectativas respecto al poker a crecer de una manera exponencial: “El 2014 fue mi mejor año en este deporte. Luego del éxito en el CPT decidí dedicarme profesionalmente al poker. Hasta entonces no había jugado nunca un evento internacional. Había estado presente en las versiones del Latin American Poker Tour (LAPT) que se habían jugado en Medellín , pero nunca tuve la oportunidad de estar en el Evento Principal, sino que jugué en distintos torneos laterales o satélites, sin tener resultados destacables. Luego del CPT, me concentré también en mejorar mi juego online, modalidad en la que fui convirtiéndome en un jugador regular. De nuevo Johann Ibáñez me tendió la mano para vincularme a un grupo de estudio con miras a mejorar mi juego online, con el que logré crecer mucho”, confiesa el hoy profesional del poker.
Con este grupo, Felipe fue incorporando a su saber temas como el manejo de la banca. Además, mediante el debate de manos y análisis de historiales de sus torneos, Espitia se hacía un jugador cada vez más competitivo, manteniendo como un guía clave en su proceso al vallenato Johann Ibáñez. Y así se dio el que sería quizá el instante de iluminación definitiva para que comprendiera la magnitud de lo que podía tener a su alcance en el poker si sabía aprovechar las oportunidades que se le venían abriendo: “Siendo parte del grupo de Johann, logré clasificarme para un satélite de 215 dólares para la parada del LAPT que se jugaría en Viña del Mar , al cual gané mi asiento en otro satélite previo de 2 dólares con recompras. En vista de lo que esos 215 dólares representaban respecto a la banca que solía tener disponible, inicialmente quise cancelar el registro para ese clasificatorio, pero los compañeros del equipo me motivaron, diciéndome que venía en un buen momento y que debía darme esa gran oportunidad. Así fue, lo jugué y clasifiqué por primera vez a un Evento Principal del LAPT”, recuerda Felipe.
En ese viaje a Chile, el balance para Espitia fue bastante positivo: “Aunque no alcancé los cobros en el Evento Principal, en esa ocasión, Johann Ibáñez llegó a la mesa final y terminó en cuarta o quinta posición. Por mi parte, logré ganar una silla adicional a la que ya tenía y cobré en un par de eventos laterales, además de tener buenas ganancias jugando en las mesas de cash”, anota Felipe.
Y en adelante las puertas de los buenos premios se le siguieron abriendo al capitalino: “Alcancé buenos resultados online. Cobré en el Big $4,40. Mantuve un buen balance como jugador de torneos turbo y me volví regular de torneos multimesas en PokerStars, siempre con resultados positivos. La buena racha continuó con mi clasificación a un segundo evento internacional, esta vez para el LAPT de Panamá. Después logré un cupo para una parada de las Brazilian Series of Poker (BSOP) en Brasilia . Recuerdo que para Panamá obtuve cuatro paquetes y logré también un paquete completo para las BSOP. En Brasil pude llegar por primera vez a cobros de un Evento Principal en un torneo internacional”, precisa este aficionado del Millonarios .
De esta manera, la motivación de Espitia frente a esta disciplina mental llegó a su clímax: “Había conseguido viajar a tres eventos internacionales, algo que dos años antes estaba lejos de mi imaginación. Todo el año transcurrió así; entre viajes y buenos resultados. Al llegar de Brasil, Johann estaba iniciando el proyecto del Skill Team , una iniciativa de bancaje de jugadores, para la cual decidió tenerme en cuenta”, avanza Felipe en su relato. Tras un acuerdo para formalizar su vinculación al Skill Team, Felipe recibió un nuevo coach con Ibáñez, esta vez con una intensidad mayor, que le permitió seguir mejorando su juego: “Ahí empezaron a llegar mis mejores cobros en línea. En agosto del año pasado tuve dos ingresos bastante interesantes: un primer lugar en el Hot $55 por unos 16 mil dólares y un segundo puesto en el Hot $16,50, quince días después, que me reportó unos 7 mil más”, precisa el profesional.
Ese magnífico comienzo con el Skill Team le dio la confianza necesaria a Espitia para seguir por la buena senda en su juego: “Los cobros y la buena racha continuaron. Cerré el año con la clasificación para el LAPT de Lima , para el cual obtuve una silla sencilla en un satélite 3x turbo”, continúa Felipe con su inventario. Sin embargo, los vientos de la varianza cambiaron y el mar que permanecía sereno para que Espitia avanzara en su aventura en los paños, empezó a tornarse adverso para el bogotano: “Iniciando el 2015 se dieron varias complicaciones. Tuve un down bastante duro y eso generó inconvenientes con el Skill Team”, interioriza un poco el grinder.
Sin embargo, los buenos marinos se conocen en las tormentas. Espitia logró apaciguar las aguas y ha dado significativas muestras de mejoría en días recientes, quizá entendiendo que si los vientos se complican, puede ser una buena solución cambiar el rumbo: “Hace unos tres meses he logrado recuperar la senda ganadora, concentrándome más en los torneos en vivo, en mi ciudad. Son torneos explotables, con un field bastante blando, debido a la presencia de muchos jugadores recreacionales y no tanto de regulares, características que me han resultado bastante favorables. Me he distanciado un poco esta temporada del juego online. A veces viene bien tomarse pausas”, analiza Felipe.
Al hablar de jugadores a los que tome por referentes, Espitia hace prácticamente un inventario de la historia del poker nacional, destacando en primerísimo plano a Mayu Roca como “el más reconocido y respetado por todos, con un excelente nivel y resultados que parecían impensables para un colombiano hace unos años”, pero luego tira toda una selección tricolor de “cracks” de los paños. Reconoce el talento de Rafael Pardo : “lo conocí en un torneo en Villavicencio y me impresionó no solo como gran jugador, sino como una excelente persona”. Su mentor no podría quedarse por fuera: “Johann Ibáñez a mi modo de ver ha representado un gran impulsor para el poker colombiano, pues ha puesto sus conocimientos al servicio de otros jugadores, no solo como coach, sino también con su disponibilidad para escuchar sus consultas y darles siempre una opinión o un consejo oportuno”.
Y párrafo aparte le merece el llanero Freddy Torres , por lo que aportó en cuanto a proyección internacional para el poker del país: “Lo que hizo Freddy, pocos lo han hecho, siendo quizá el único colombiano que ha alcanzado el nivel Súper Nova Élite en PokerStars.Net. Su labor le abrió las puertas al poker colombiano en el plano internacional de una manera impresionante. El poker en Colombia era muy empírico y Freddy lo llevó al profesionalismo, además de haber tenido el honor de ser representante de la plataforma de poker más importante del mundo. Creo que con él se inicia el boom del poker colombiano, así que puedo asegurar que le debemos mucho a él en este deporte”, tiró el jugador recreativo de bolos.
Antes de cerrar su diálogo con CodigoPoker , Felipe decide abrirnos su faceta humana, más allá de la extensa charla sobre el poker y nos comparte la importancia del apoyo de sus seres queridos en su carrera: “Cuando empecé en este deporte, fue bastante complicado conseguir la aprobación de mi familia, porque para la mayoría de la gente, incluso hoy en día, prevalecen prejuicios frente a lo que hacemos, y llegan a considerarnos directamente enfermos, ludópatas o casineros, sin saber siquiera cómo se desarrolla este juego, que es más bien una disciplina mental. Esta situación se hizo más complicada en los inicios de mi práctica en el poker, ya que no tuve los mejores resultados desde el principio y, como es lógico, mis padres empezaron a preocuparse y a pensar que estaba perdiendo el tiempo y que debía dedicarme a otra actividad.
Después los resultados empezaron a darse y mis familiares fueron viendo que sí podía tener una proyección a futuro en este deporte y que en realidad puedo ser bueno y competitivo en esta profesión. De ahí en adelante he recibido el apoyo de mis padres, hermanos, tíos y tías, de toda mi familia en general. Ahora, cada vez que tengo un viaje o un torneo importante, recibo muchos mensajes de su parte, cargados de energía positiva y los mejores deseos. Esto ha sido clave para mí y quiero aprovechar para agradecer ese acompañamiento que tanto me ha fortalecido de su parte”, intimó Felipe.
Ya sobre la despedida, Espitia dejó también sus palabras de reconocimiento para quienes le han brindado su respaldo en el aspecto profesional: “Siempre tendré mucha gratitud con Johann Ibáñez y los integrantes del Skill Team. De la misma manera, mis palabras de agradecimiento para aquellos que han sido sponsors y han invertido en mí”. Así cerró esta exclusiva para CodigoPoker este aplicado pokerista que confiesa seguir con gran pasión a la selección Colombia y dedicarle gran parte de su tiempo libre a otra pasión que sigue en las pantallas: el cine. Éxitos para Felipe en lo venidero y nuestro reconocimiento para su intensa carrera en el poker, que esperamos siga convirtiéndose en referente de los importantes alcances de Colombia en esta disciplina mental.