NOTICIAS
Poker a beneficio de los afectados por la DANA en España
El torneo BAP de Sevilla destinará parte de lo recaudado a las víctimas del desastre natural que afecta a gran parte de la población española.
A estas alturas ya es de público conocimiento que Rubén Sosa se ha convertido, salvo alguna eventualidad, en el campeón del ranking del Madero Poker Summer Cup de Casino Buenos Aires. Esto se debe a sus victorias en la primera y la tercera fecha de la serie, algo muy dfícil de lograr.
Por eso, desde la redacción de CodigoPoker Argentina nos comunicamos con él para que nos dé sus impresiones sobre semejante logro. Muy contento nos atendió y durante más de 50 minutos repasamos su triunfo. O, mejor dicho, triunfos.
Estoy re contento. No es fácil ganar uno, mucho menos dos al prinicipio uno no se da cuenta de lo que hizo. Luego empieza a avivarse. Y además lograrlo en Madero, que es un lugar que amo y donde me llevo muy bien con los jugadores y el staff. Todos tienen buena onda conmigo.
A la hora de hablar sobre el torneo en sí, nos comentó:
Casi todo el torneo me dediqué a subsistir. Arranque bien, luego ganaba una mano y después nada. Así es que pasé por debajo del promedio al segundo día y como uno de los más shorts al día 3.
Además de no ligar, o ligar y tener contra liga, todas las mesas que me tocaron fueron difíciles. No tenía fichas y no podía desarrollar mi juego. Entonces cuando abría alguno que juega bien, se las clavaba. Con medio naipe iban todas al centro. Por suerte, las que tuve que bajar lo hice ganando y no me las dieron vuelta.
Al cerrar la bolsa del Día 3 se retiró de Casino Puerto Madero décimo en fichas con 261.000, sólo por delante de Martín Sgrilletti y Pablo Zabonik . Sin embargo, lejos estaba de sentirse desmotivado.
Sabía que si llegaba a la Mesa Final y podía doblarme una sola vez, me iban a tener que pisar como una cucaracha. Y eso no les gusta a los jovenes, porque estaban al tanto de que con algo más de fichas iba a salir a presionarlos y se las clavaría sin asco.
Aunque claro, yo simplemente me dedicaba a decirles: «quedense tranquilos que yo ya estoy afuera. Yo estoy acá de relleno.»
Las carcajadas no se hicieron esperar. Es que Sosa juega bien al poker, pero chamuya aún mejor. Y es algo que le encanta.
Cuando tomo confianza y empiezo a chamuyar, no me para nadie. Es un arma terrible, les ganás con el chamuyo.
En una mano levanta (Diego) Farina y yo tengo As-Jota en la grande. Sabía que tenía menos que yo y que si le hablaba un poquito podía lograr que meta todas al centro. Entonces le dije all-in y le advertí «no vengas a buscar lo que no es tuyo. Mi ciega es sagrada». Dicho y hecho, me pagó con As-Nueve y me doblé.
Rubén ya estaba camino al bicampeonato, sin embargo todavía no estaba nada dicho. Nada dicho para los demás, porque para él, internamente, el resultado posible era sólo uno.
Sentí que lo ganaba cuando, en el 3-handed, pude capitalizar lo que para mi fue el primer error que cometió (Gustavo) Maiquillán. Salió jugado desde el botón con Dama-Cuatro y yo en la grande le pagué con AT. Tras ganar esa mano, supe que el torneo ya tenía dueño.
Y así fue. Tras la eliminación de Fabián de La Fuente en el heads-up, el mano a mano fue un monólogo de Sosa, quien ganó casi todas las manos, muchas veces sin cartas.
Más allá del segundo título, la satisfacción más grande le llegó al enterarse que prácticamente es dueño del ranking al Jugador del Verano.
Yo quiero llevarme el Ranking. Es lo que más me importa. Y si bien ya casi lo tengo ganado, voy a volver las próximas fechas a seguir sumando puntos. Quiero ser el que lo gane con la mayor diferencia de la historia.
No es ego, así soy yo: me gusta ganar a todo lo que juego.
Los que lo conocemos a Sosa sabemos que es así como se muestra, genuino. No importa a qué juegues con él, aunque sea por los porotos. Te va a querer ganar siempre.
La cuota emocional la puso el recuerdo de su padre.
En enero se cumplieron dos años desde que falleció mi viejo y la verdad que todo el Día Final estuve pensando en él. Le encantaba este juego y era 10 veces más loco que yo. Le hubiera gustado verme campeón.
Para cerrar, dejó una frase que es su marca registrada.
Hay pibes que juegan muy bien, mucho mejor que yo, pero los pingos se ven en la cancha. No me da lo mismo: yo quiero ganar.
¡Salud, Rubén!