Ya casi comienza el 2023 y con ello se trazan nuevos propósitos para cumplir en las mesas. Por eso es un buen momento para mirar el camino recorrido y ver algunos hábitos o conductas que se pueden mejorar para lograr dichos objetivos.

Como viene siendo la constante en los últimos tiempos, el llamado mental game está ofreciendo herramientas psicológicas para que los jugadores puedan llevar la acción, tanto fuera como dentro de las mesas, de una mejor manera. La constancia y motivación han sido dos de los puntos que más se han trabajado en este apartado aunque presentan puntos de vistas distintos a tener en cuenta.

Los principio de años suelen ser momentos para recargar energías, hacer borrón y cuenta nueva, todo acompañado de una gran motivación, sin embargo, muchos especialistas aseguran que hay que olvidarse de esta última pues suele durar muy poco y por el contrario hay que poner el foco en la constancia.

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Estar motivado puede ayudar para dar el primer paso pero mantener un hábito o rutina en el tiempo necesita mucho más que eso. El ejemplo del gimnasio es el perfecto para explicar esta interacción y es que mantenerse de forma contante haciendo ejercicio es algo que muy pocos logran más si los resultados son percibidos a largo plazo. En el poker pasa exactamente igual.

Plantearse jugar 8 horas al día puede ser un objetivo fácil de cumplir durante un par de semanas pero luego ese empujón inicial desaparece para dar paso negociaciones internas que, en muchos casos, terminan con el abandono de la meta inicial.

Plantearse los llamados micro objetivos y estar atento al proceso dejando fuera de la ecuación al resultado, pueden ser un buen punto de partida para hacer que una rutina sea sostenible en el tiempo. No es lo mismo pensar en jugar 100 mil manos mensuales a poner toda la atención a las primeras mil, tampoco es lo mismo pensar en terminar en un libro 400 páginas cuando se puede poner el foco en solo leer las 10 primeras hojas.

Como recomendación final, hay que plantearse metas de una manera mucho más objetivas y no por la emoción de un comienzo de año lleno de motivación.