Llega esta época del año y una buena porción de los argentinos y, por qué no, de ciudadanos de otros países, tienen la oportunidad de cortar con sus tareas habituales gracias a las vacaciones de invierno. O al menos ésta es una buena excusa como para disparar un domingo hacia algún destino turístico. Nosotros elegimos Mar del Plata , con su obligada parada en el Casino Central.

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Está claro que la nieve abunda, o mismo las Cataratas del Iguazú seducen, pero al menos La Feliz no queda tan lejos si uno es de Buenos Aires y hasta es más accesible econónicamente. ¿Mesa para cuatro en una restaurante? Preparate para gastar 10.000 pesos con vino y postre. Aunque si buscás bien podés pagar mucho menos todavía.

Cuestiones gastronómicas al margen, vamos a los nuestro, al Casino y sus pinturas, las arañas que cuelgan de los techos con infinidad de luces, su arquitectura, paños y música de las fichas. Hasta noviembre está abierto casi todo el día. Las mesas de juego, de domingos a jueves van de 11 a 3, y viernes, sábado y vísperas de feriados se extiende hasta las 4. Los slots, de 11 a 4 horas y hasta las 5 en el segundo caso.

Como siempre, hay de todo. Gente que se quiere salvar, otros que se entierran y una mayoría que va para disfrutar o pasear (y mucho asiático forrado). De hecho, la entrada es gratis, así que si uno quiere dar una vuelta solamente, o llevar a los chicos por primera vez sin gastar un mango, tranquilamente sirve. Ojo, tienen que ser mayores de 18 años (aunque si tiene un poco de barbita pasa, no estarían pidiendo muchos documentos).

Si solo vamos a dar una vuelta y pasear, hay un par de barras abiertas donde se puede tomar un cafe y hasta comer. También se ofrece bebidas a quienes están en los juegos. Un café solo está más barato que en la calle, 295 pesos. ¿Lo querés con una gotita de alcohol? Pedite el carajillo a 360. ¿Son dos y tienen hambre? Por dos gaseosas más un tostado de jamón y queso (cuatro triangulitos) se paga $1.130. Poco.

¿Ganaste y querés festejar a lo grande?  Tenés Dom Perignon a 99.000 pesitos, si te animás… Y hasta podés disfrutar de algunos shows que de vez en cuando se organizan.

Las mesas de Black Jack en Mar del Plata (foto Clarín).

Juegos de paño

Si bien en verano hay que esperar, al menos esta semana había color disponible en las mesas de ruleta con sus paños ocre y fichas multicolor. La apuesta mínima a los números sale 100 pesos, y la máxima, 1.000. A chance va de 1.000 a 10.000 (igual que en el verano, increíble encontrar algo que no haya aumentado, ¿no?). En la sala contigua, la que solía ocupa Gerardo Sofovich, los montos se duplican.

Si hay demanda, todas las mesas se abren. Las de punto y banca, tienen mínimo de 500 pesos y máximo de 20.000; en black jack es de 500 y 10.000. En cuanto a los dados (craps), las posibilidades de apuesta son muchas: buena y mala es de 500 a 15.000; cuadro, 800 y 8.000; field, 500 y 10.000 pesos, etc.

Poker en el casino

Como siempre, hay dos opciones: cash y torneos. El tema es que no siempre están disponibles. Para que se abra una mesa de cash debe haber un mínimo de seis jugadores; uno puede llegar y anotarse, cuando aparezcan seis, empieza. Las ciegas están en 50-100 con caja mínima de 5.000 pesos y máximo de 20.000.

En cuanto a los torneos, sigue la vieja y querida Poker Series, cuya próxima fecha se jugará el 3 de agosto con arranque a las 16.30 y buy in de 30.000 pesos; los domingos se juegan satélites. La información se puede encontrar en las pantallas de TV que hay en varios lugares del amplio salón.

Slots

Obviamente el sonido de las fichas queda opacado por el de los tragamonedas. Subiendo las escaleras de la entrada, las maquinitas se encuentran de frente y llegan a todo el fondo del lugar que, además, cuenta con terraza por si querés salir a fumar. Hay de todo, con apuestas mínimas de 12,50 pesos. Y también se encuentran ruletas electrónicas, un buen reemplazo por si se quiere gastar menos dinero, aunque, claro está, no es lo mismo. De entrada, te dan solo 30 segundos para hacer tu apuesta. La mínima es de 20 pesos.

Así está el casino Central, la conocida Casa de Piedra, antigua y hermosa como siempre, nostálgica. No está mal ir a visitarla de vez en cuando, con o sin plata. Vale la pena.