PokerStars decidió no entregar más brazaletes a los ganadores de la WCOOP bajo la justificación de que «a los jugadores no les importa tanto». Pero… ¿Es así? Hagamos un repaso de algunos historias un tanto particulares de los jugadores y sus trofeos…

Para empezar, la foto: con orgullo, muchos de ellos parecen estar atravesando uno de los momentos más felices de su vida. Lo mismo ocurre cuando reciben un trofeo del EPT o WPT que luego terminará en una vitrina o una caja fuerte. Pero también hay distintas historias para todos los gustos.

Courtney Kennedy ganó el evento femenino de la última WSOP y comentó que el triunfo estaba dedicado exclusivamente para su padre, difunto recientemente. «Va a quedar junto a la urna donde guardo sus restos, porque es algo que desearía haber compartido físicamente con él y estoy segura de que está feliz por mi logro», le dijo a CardPlayer.

Otros como Ryan Fee , mantienen sus logros bien a la vista de su lugar de trabajo para utilizarlo como motivación mientras juegan. En otro lugar muy distinto lo puso Benny Glaser : «Está sobre el amplificador de mi guitarra, que es al lado de donde me siento generalmente y ahí lo puedo ver siempre».

Si nos vamos al otro extremo, Phil Hellmuth ganó 14 brazaletes en la Serie Mundial. ¿Y qué decidió hacer? Repartirlos entre su gente querida, como hizo con el último que obtuvo el año pasado y fue a manos de la familia de un querido amigo que falleció.

¿Tiene sentido la excusa que dio PokerStars? Esta claro que no todos somos como Peter Eastgate y que no lo subastaríamos en eBay. Aunque si nos pagaran US$147.000 como a él…