Los juegos online, en especial aquellos catalogados de azar, han estado en la mira de varias instituciones y sectores de la población. Y ahora parece que la Iglesia Católica se ha sumado con algunas críticas.

Por lo general y más recientemente en pandemia, han sido los gobiernos los encargados de encabezar la lucha contra apuestas deportivas, casinos en línea y el poker. La prohibición de la publicidad relacionada con la industria en España tal vez sea el caso más notorio de los últimos meses, sin embargo, en otras latitudes como Argentina , se están presentando otro tipo de problemas.

Hace poco fue aprobada una ley que habilita las apuestas online en la nación de Sudamérica y este dictamen ha hecho que los debates y polémica se desaten a nivel nacional. Hace un par de días, un obispo auxiliar aprovechó para reflexionar al respecto sentenciando que ahora «los casinos estarán en casa en el marco de la pobreza y desempleo en el que viven miles de argentinos».

Esta no ha sido la única reacción que ha despertado la regulación, otros miembros de la Iglesia ha declarado que “el juego no es ningún trabajo genuino. Puede serlo para un empleado que está en ese establecimiento. Una cosa es la diversión y otra es fomentar una adicción que hace mucho daño«.

En particular, la industria del poker tiene la gran tarea de seguir educando a los reguladores y la población en general acerca de las habilidades mentales que se requieren en esta disciplina para que así sea aceptado como un deporte mental o una profesión como cualquier otra.

No es la primera vez que la religión reacciona contra este tipo de actividad, en el pasado, algunos videojuegos también ha sufrido cuestionamientos, sobre todo, por su alcance. Hoy en día, el poker ha tenido un mayor crecimiento y adopción, es por ello, que no es de extrañarse que sea el centro de nuevas polémicas.