La segunda ola de contagios que sufre el estado de Nevada puede estar poniendo en jaque la Navidad que se vería afectada por una posible suspensión de todas las actividades relacionadas a la celebración principalmente en Las Vegas.

A falta de dos semanas para las festividades navideñas y luego de un duro año de pandemia causado por el COVID-19, el gobernador de la entidad, Steve Sisolak, ha llamado en reiteradas ocasiones a no bajar la guardia para evitar posibles sanciones mayores. De hecho, en su más reciente rueda de prensa advirtió que el fin del 2020 se podría ver amenazado con nuevos cierres.

«Si esta crisis continúa empeorando nos quedaremos en la lamentable posición de tener que tomar acciones más contundentes justo durante la celebraciones».

Como ha sido la constante en varios lugares del mundo, al acercarse algunas fechas de fiesta nacional se han aumentado los controles para evitar una propagación mayor de los casos. Durante los días de Acción de Gracias, Sisolak lanzó una serie de protocolos con los que canceló los eventos masivos y  redujo las cenas a solo cuatro personas por mesas, por lo que muchos restaurantes tuvieron que cerrar o prestar servicios solo para llevar.

La tasa de casos positivos de las pruebas de Nevada han alcanzo un 21,8 por ciento de aumento la última semana mientras que el uso de máscaras sigue siendo obligatorio y los casinos operaran al 25% de su capacidad prohibiendo la venta de alimentos en su interior y reduciendo el número disponible de ofertas de poker.

«Si no comenzamos a ver un cambio en nuestra trayectoria, y si esta crisis continúa empeorando, nos quedaremos en la lamentable posición de tener que tomar medidas más fuertes, algo que he estado tratando desesperadamente de evitar».