Veintidós años después la Justicia cerró el cerco. Quizá de por vida queden preguntas sin respuestas o al menos un manto de duda sobre la mayoría de las personas que estuvieron involucradas, incluidos testigos. Sea como fuere, el asesinato de María Marta García Belsunce, cometido el 27 de octubre de 2002 en su casa del barrio cerrado Carmel, ubicado en Pilar, Buenos Aires, tiene a un condenado. Es Nicolás Pachelo, de 47 años, quien comenzó a trascender en algunos medios -incluido éste- como jugador de poker y hoy aparece en todas las portadas porque lo encontraron culpable de aquella muerte y le aplicaron una pena de prisión perpetua.

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Pachelo está preso en el penal bonaerense de Gorina, en La Plata, bajo un régimen de alojamiento abierto, aunque sin salidas transitorias. Después de las condenas -nueve años por el robo a seis propiedades en barrios privados de Buenos Aires-, y gracias a la realización de cursos de capacitación en informática y carpintería, le redujeron siete meses la pena. Ahora, al conocerse el fallo de la sala I de la Cámara de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires, lo trasladarán a la Unidad 9 de La Plata, para situarlo en un pabellón con más seguridad.

Pachelo, aquí jugando el CAP de abril de 2017.

El caso García Belsunce

Inicialmente el tema nació empantanado, ya que se apunto a que la muerte había sido causada por un accidente doméstico, un golpe en el cráneo producto de una caída en la bañera e impacto contra un grifo. Sin embargo, un mes y medio más tarde y por insistencia de uno de los hijos de la mujer, una autopsia descubrió que García Belsunce había sido asesinada de seis disparos en la cabeza.

Entre las líneas de investigación estuvieron un posible robo fallido,​ un posible vínculo con el Cártel de Juárez​ y una posible pelea con su esposo Carlos Carrascosa, el primer acusado y hasta encarcelado -seis años en el penal de Campana- hasta que la Corte Suprema de Buenos Aires lo liberó en 2016. Recién en el 2022 se acusó a Pachelo, vecino del country, que contrariamente a lo que sucede ahora, el 2 de diciembre de ese año consiguió la absolución del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de San Isidro por el delito de «homicidio triplemente agravado por haber sido cometido con el uso de arma de fuego, por su comisión criminis causa y agravado por alevosía en concurso real del delito de robo calificado por el uso de armas«. Nuevamente el caso quedaba sin ningún condenada; el cuerpo de la socióloga, en aquel entonces de 50 años, no podía descansar en paz.

Sin embargo, y a partir de la intermediación de los fiscales Patricio Ferrari, Andrés Quintana y Federico González más Gustavo Hechem y Sebastián Maisón -los abogados de Carrascosa-, se presentó un recurso en Casación, el cual terminó con la condena a Pachelo.

Carlos Carrascosa y María Marta García Belsunce.

Con la firma de Fernando Mancini y Florencia Budiño, Casación dio por probado que Pachelo entró a la casa del Carmel a robar, que María Marta lo sorprendió y, como ella lo conocía y ya lo había denunciado, el vecino la mató de seis tiros, cinco que entraron en el cráneo y uno que rebotó y se conoció -en una dirección errónea de la investigación- como el famoso “pituto”, un soporte metálico para sostener estantes generalmente de madera pero que en realidad era parte de una munición.

Detallado por el tribunal, el ataque se había producido así: María Marta García Belsunce estaba jugando al tenis, empezó a llover y decidió volver a su casa antes de la hora prevista. Lo hizo en bicicleta, no en su camioneta. De manera que llegó con el ruido de la lluvia y sin que se escuchara su aproximación a la vivienda, por lo que quien estaba adentro no advirtió la llegada de la socióloga. En ese momento, se encontró a Pachelo, éste «le pegó golpes de puño en el rosto y en el cuerpo para luego efectuarle con el arma que portaba seis disparos, siendo éstos los que provocaron el deceso inmediato, dándose a la fuga en poder de la caja de la Asociación Amigos del Pilar, con los efectos que contenía la caja (cheques y la llave de la caja de seguridad que la entidad tenía en la sucursal Pilar del banco HSBC)». María Marta era la tesorera de la entidad.

Pachelo, las cartas y un apellido falso

Un testigo que en su adolescencia formó parte de un grupo de amigos que integraba Pachelo, en el 2022, cuando se formalizó la acusación, recordó partidas de truco y poker a las que también se sumaba el ahora Ministro de Desarrollo Económico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Roberto García Moritán, esposo de la modelo y conductora Carolina Pampita Ardohain.

“Jugábamos al truco y poker”, sostuvo el testigo Ignacio Giménez Zapiola ante el TOC N° 4. El juez Federico Ecke le preguntó si las partidas se jugaban por dinero. Giménez Zapiola respondió: “Sí, por plata. Pero la excusa era juntarse y jugar”. Eran las épocas en las que Pachelo era un habitual de las mesas del circuito, tanto que en el 2012 hasta se convirtió en el primer ganador del Mantra Grand Slam del Mantra Resort & Casino de Punta del Este . CodigoPoker le hizo el siguiente reportaje tras conseguir la victoria.

La referencia a Giménez Zapiola es por el apellido que utilizó Pachelo para ingresar «en modo bluff» al Tortugas Country Club el jueves Santo de 2018. Ese día, cuatro casas del tradicional club de campo de Pilar fueron robadas. En abril de ese año, Pachelo entró a prisión por cometer esos delitos.

Giménez Zapiola contó que cuando Pachelo se mudó del country Carmel al departamento de Retiro donde vivía su madre, le compró un teléfono inalámbrico, un amplificador y una consola de juegos. Poco después se enteró de que lo que le había comprado a Pachelo había sido robado de la casa de su primo segundo, Nicanor Cetrá.

Entre otras fechorías de Pachelo, la Justicia le comprobó el robo de 47 palos de golf a tres vecinos del Carmel y más hurtos agravados a familiares de amigos, así como la compra de una camioneta con un cheque robado. Según figura en los expedientes, Pachelo ingresaba a la casa de sus víctimas como invitado y allí aprovechaba para robar las llaves y luego cometer los posteriores robos donde extraía objetos de valor y dinero.