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El mago no encontró la magia y perdió un pozo de US$323K
Antonio Esfandiari volvió a las mesas televisadas y a pesar de que sus poderes fallaron una vez, al final de la noche fue el máximo ganador.
¿Te imaginas pagar una tarifa anual de US$20.000 para disfrutar de partidas de poker en el tercer piso de un exclusivo restaurante coreano? Puede sonar inusual, pero éste es el concepto detrás de uno de los clubes privados más exclusivos de Nueva York que fue recientemente destacado en un reportaje del New York Post y que toca revisar en esta nueva edición de los Viernes Freak.
Este selecto lugar atrae a empresarios y profesionales financieros, a los que les ofrece no sólo una experiencia de juego sino un exclusivo espacio social y culinario digno del valor de su entrada.
Ubicado en el tercer piso de un elegante restaurante coreano, este club privado requiere no solo el desembolso de una tarifa anual de US$20.000 sino que también la entrada está restringida a aquellos que posean una invitación.
Con aproximadamente 20 miembros en la actualidad, el grupo se reúne para disfrutar de una amplia gama de actividades que van desde fumar puros, beber, comer exquisiteces hasta incluso participar en sesiones de karaoke, aunque la verdadera estrella del espectáculo es la mesa de poker.
El propietario del restaurante y el club, Tony Park , reveló que la idea surgió con el propósito de proporcionar a su selecta clientela VIP un espacio donde pudieran disfrutar de diversas actividades que no están permitidas en el restaurante principal. Dado que Park no cobra comisión por los juegos, la operación se mantiene dentro de los límites legales.
La membresía se limita actualmente a 20 personas, cada una con su propia llave y taquilla, permitiéndoles acceso al exclusivo espacio incluso en horarios no convencionales. «Hay un miembro al que le gusta venir aquí antes del trabajo para tomar un café y jugar unas manos de poker», compartió Park con el New York Post.
Las noches de poker en este club exclusivo suelen iniciar con cenas de alto nivel, que incluyen manjares como caviar, langosta y filetes Wagyu, entre otros lujos gastronómicos. El lugar alberga una impresionante selección de más de 5.000 botellas de bebidas. Además, un avanzado sistema de ventilación asegura que el ambiente se mantenga libre de humo, brindando una experiencia de juego sin igual en el corazón de Nueva York.
Fuente y fotos: New York Post.