José Juan Gómez, el campeón de MTT Sports: «Hay que reivindicar el poker como deporte»
El mexicano José Juan Gómez ha podido brillar en el multitudinario mundo que ha creado MTT Sports que pone en juego 1 Bitcoin cada semana
Si fuéramos productores de cine y tuviéramos que elegir a un jugador de poker para nuestra próxima grabación, el elegido sería Sammy Farha . Este jugador nacido en el Líbano, de 58 años, reúne múltiples características que lo hacen único. Con un acento y aspecto más americano que del Medio Oriente, tiene un look que difícilmente pase inadvertido. Con su peinado hacia atrás, su abrigo deportivo, la cadena de oro, el cigarrillo apagado en su boca y con una personalidad muy cálida se ha transformado en uno de los preferidos de este mundo.
¡Qué momento! ¿Quién lo recuerda?
Con casi US$ 2,9 millones en ganancias en torneos y habitué de las partidas más altas a comienzos de las década del 2000, Sammy tuvo su pico de fama cuando allá por el 2003, el por entonces desconocido amateur Chris Moneymaker lo derrotó en el Evento Principal de las World Series of Poker.
Sin embargo, con el correr del tiempo Farha se ha ido alejando del poker. «Todavía juego, pero no tanto como solía hacerlo», asegura quien ahora se mantiene ocupado viajando ya que tiene algunas inversiones e intereses comerciales que debe supervisar. Recientemente, por ejemplo, ayudó a un amigo a abrir un club de poker en Houston…
A medida que este deporte mental fue creciendo, Farha ha observado aspectos buenos y malos: «Ahora hay muchos más torneos y oportunidades para los jugadores, pero también siento que hay más colusión y trampa. Perdí el interés en el poker porque hay mucha mierda involucrada en los grandes juegos».
Si bien su vida alrededor del poker ha disminuido, sigue siendo reconocido por los fanáticos e incluso le siguen pidiendo fotos y autógrafos. «Es curioso cómo la gente todavía me reconoce, porque perdí mi cabello», dice con una sonrisa. «Es divertido porque me gusta la gente. Me gusta ser social, así que es genial que a la gente le gustes y te aprecie», agrega.
Sólo falta que lo veamos en las mesas. Sería un desperdicio que una figura como la suya abandone la escena que supo decorar.